[LOS GATOS DEL CALLEJÓN] Donald Trump
LAS GATAS | Sin duda y para desgracia de todos, actualmente la persona más conocida de este planeta; porque a la popularidad que conlleva ser el presidente de los EE.UU hay que añadir sus discursos y actuacione,s que desde el minuto uno, han escandalizado al mundo entero; con la excepción claro está de la industria armamentística americana, los multimillonarios -también americanos-, propietarios de las empresas tecnológicas más grandes del mundo y la no disimulada satisfacción de genocidas amigos como los Srs. Netanyahu y Putin.
Para nuestro asombro, este “renacido” presidente se nos presenta como un ser cuasi divino, en la medida que Dios, directamente, aprovechó la bala que rozó su oreja para susurrarle (en la otra) su misión sagrada de “hacer grande América de nuevo”. Este ”Moises”, o Mesías, que tan felices hace a los ultranacionalistas judíos quiere “limpiar” Gaza de palestinos como si fueran mugre a eliminar; quiere construir una sociedad en la que no existan gays o lesbianas o personas trans, como si la naturaleza pudiera ser dirigida por decreto; quiere deportar masivamente a los inmigrantes que acuden a su país en busca de una vida mejor, aunque contribuyan a la prosperidad de la sociedad americana. En definitiva, quiere construir el mundo a su imagen y semejanza, con unas nuevas tablas de la ley utilizando el enorme poder de su temible fuerza militar y económica.
No es una anécdota, es un vendaval destructivo, envuelto en la túnica de un mesías, que pretende modificar las bases internacionales y nacionales de la convivencia que tanto esfuerzo ha costado construir, e influir en terceros países potenciando a sus amigos, los partidos cuya ideología autoritaria y fascista son semejantes a los suyos, dando palmadas en la espalda a personajes como Abascal o Meloni que suspiran por estrechar la mano del gran líder aunque les desprecie absolutamente. Increíble el ridículo del líder de Vox, con su traje de gala, pajarita incluida, que ni pudo estar en el salón de los VIP`s en la toma de posesión ni hacerse una foto con el gran timonel. Y estos personajillos están encantados de hacerle el juego y destruir la Unión Europea, regresando a una situación de estados aislados mucho más débiles y sometidos a las directrices que convengan a los patronos de las tecnologías americanas.
Los creyentes de alguna religión podrán pensar que Donal Trump es el castigo que Dios nos envía porque hemos sido pecadores. No es broma; así es como algunas doctrinas pretenden justificar los desatinos de los propios seres humanos que somos incapaces de comprender. Pero no, no es así. A Donald Trump nos lo ha enviado la propia sociedad norteamericana que en el ejercicio de su soberanía democrática ha elegido a este personaje para liderar su país los próximos cuatro años. Parece que, cansados de la casta del establishment, han pretendido dar una patada en la mesa institucional y poner patas arriba su país y de paso, y en su egoísmo, arrollar al resto del universo.
Nosotras no hacemos ascos a planteamientos disruptivos que cuestionen las bases sobre las que se sienta nuestro sistema que, en algunos casos, son manifiestamente mejorables; pero, desde luego no en esa dirección ni con los mismos objetivos. ¿A quién le interesa y para qué?, elevar el presupuesto de defensa al cinco por ciento del PIB de los países disminuyendo los recursos disponibles para el gasto social. ¿A quién le interesa y para qué? debilitar la Unión Europea. ¿A quién le interesa y para qué?, romper las dinámicas de colaboración entre países y generar dialécticas de confrontación. Nos parece obsceno que un fascista sudafricano hijo y nieto de defensores del apartheid, Elon Musk, el hombre más rico del mundo, forme parte de ese gobierno norteamericano poniendo de manifiesto, sin pudor alguno, que los verdaderos gobernantes son los presidentes de esas temibles tecno-corporaciones. Fascismo y capitalismo tecnológico de la mano. Una bomba nuclear de grandes dimensiones.
Si fuéramos creyentes diríamos eso de “Dios bendiga a los EE. UU” y les libre del mal que ellos mismos se han creado, añadiendo de paso un paraguas adicional para el resto del mundo. Como no lo somos, nuestra esperanza está en la resistencia activa de las instituciones y los líderes sociales; en EE.UU ya existen jueces federales que se atreven a cuestionar las órdenes arbitrarias de Trump sobre la nacionalidad de los hijos de irregulares nacidos en el país o la congelación de las subvenciones federales para gastos sociales de los más desfavorecidos. Es decir, que la resistencia social activa es posible y puede ejercerse a muchos niveles; esperemos que estos ejemplos animen a nuestros líderes europeos a plantar cara a los despropósitos de este nuevo autócrata y no imiten los vergonzosos silencios de algunas fuerzas políticas como nuestro “querido” PP, que prefiere mirar para otro lado, para no cabrear al ogro, (verdad Sr. Gonzalez Pons) o tal vez, para conseguir su aprobación. Para reírse de la ingenuidad si no fuera tan patética.
PD: En el momento de enviar esta columna a la redacción el Sr Trump continúa haciendo de las suyas; enzarzándose en una guerra comercial con China y amenazando a la Unión Europea, además de querer expulsar a los palestinos de su territorio para construir allí una “riviera” de paz, sobre las tumbas de decenas de miles de personas sobre las que no ha realizado mención alguna. Su visión de la “Gran América” comienza a parecerse mucho a la “Gran Alemania”, y ya sabemos cómo terminó aquel delirio.