Cautela ante el presunto interés por el Bierzo de fabricantes de baterías chinos
El alcalde de Ponferrada y el director de la Ciuden se muestran prudentes ante la noticia publicada por algunos medios de comunicación sin ofrecer detalle alguno sobre la operación.
El director de la Ciuden, Arsenio Terrón, se mostró cauteloso ante la noticia sobre la posibilidad de que una fábrica de baterías china se implante en el Bierzo. Terrón manifestó que «ojalá que esa u otra iniciativa se pueda instalar en la comarca para contribuir al desarrollo del territorio», pero prefiere «esperar y ver quién es y qué pretende exactamente, porque tenemos muchos ejemplos parecidos que al final no han traído más que desilusión».
En los mismos términos se expresó el alcalde de Ponferrada, Olegario Ramón, que si bien valoró la opción como «positiva», es partidario de «tener toda la prudencia del mundo» y adelantó que intentará profundizar en el asunto tras conocer la información a través de los medios.
Las compañías chinas están analizando desde hace un año ubicaciones en Europa para la construcción de una planta de baterías. Entre las ubicaciones que se barajan el Bierzo y Extremadura, dentro de España. El proyecto implicará una inversión de entre 800 y 1.000 millones de euros en sucesivas fases, para coliderar la reconversión de la industria del motor, que ha acelerado su apuesta por el coche eléctrico ante la guerra contra el diesel y el CO2 en Europa y otros lugares del mundo, según publica El Economista.
Aunque Europa del Este es interesante para los grandes fabricantes de baterías chinos como AESC o Tafel por el precio de la mano de obra y la industria, España estaría ganando enteros “por el creciente apoyo gubernamental, el fuerte potencia del crecimiento y papel como segundo producto europeo”. En el caso del Bierzo, las ayudas a la transición justa podrían aportar el empujón necesario.
La comarca habría llamado la atención de los inversores chinos por su ubicación, al estar cerca de varias plantas de automóviles, como la de PSA en Vigo, las de Renault en Valladolid y Palencia, la de Volkswagen de Navarra o la de Mercedes en Vitoria, y por las ayudas que el Gobierno está dispuesto a otorgar para impulsar la transformación industrial de la zona ante la desaparición del carbón y poner coto a la pérdida de población.