Escritores bercianos firman un manifiesto de apoyo a la autonomía de la Región Leonesa
Juan Carlos Mestre, Valentín Carrera, Berta Pichel, Manuel Cuenya, Nicanor García Ordiz y Santiago Macías lamentan el «abandono socioeconómico e institucional del territorio leonés».
Personas del mundo de la literatura, el periodismo, el arte, la ciencia, la música, la investigación y el empresariado, entre otros sectores, han suscrito un manifiesto de apoyo a la autonomía de la Región Leonesa ante lo que consideran un «declive» palpable en la recesión demográfica o el retroceso económico y «el aumento de la decadencia y los desequilibrios internos de un territorio autonómico cuya vertebración pareciera mal diseñada desde su origen».
Los firmantes admiten que la Comunidad Autónoma de Castilla y León se conformó «mediante dos entidades, de rica y profunda historia, unidas en expresión copulativa» que, en principio, «debiera unir esfuerzos, resolver desequilibrios y permitir que ambos territorios progresen cooperativamente sin perder sus esencias». La realidad, señalan, es que «tras años de vinculación, la debacle económica y social, de acuerdo con los datos que se reciben, es manifiestamente dramática». Y esto sucede, remarca el manifiesto, en un contexto histórico de desarrollo en el conjunto de España hasta concluir en una paradoja: «Así, a contracorriente, es difícil explicar esa decadencia a los habitantes de esta región, la más histórica de las históricas».
«Los pueblos abandonados, la demografía envejecida, el desempleo, la emigración de los jóvenes, la falta de inversiones relevantes, la parálisis económica de sectores productivos que en décadas pasadas eran relevantes a nivel nacional y sirvieron para enriquecer a otros territorios hispanos son datos que de continuo se explicitan y los leoneses sufren», añade el texto para sostener que «el buen político ha de saber reconocer estos hechos y leerlos, recoger los contenidos e interpretarlos, sacar conclusiones y ofrecer soluciones».
El manifiesto comparte la «visión apuntada» por el alcalde de León, el socialista José Antonio Diez, sin obviar que «una vez más, intereses ajenos al objetivo que se pretende tergiversan la interpretación, la lectura y la exposición de tan gravísimos datos para tratar de ocultar una realidad que tozudamente se ofrece dramática mediante interpretaciones distorsionadas respecto al discurso central: el declive de la región leonesa».
Considerando así que el Ayuntamiento de León «se ha adentrado en los problemas, que requieren soluciones», el texto sostiene que «no sirven ya discursos disolventes aireados para negar o silenciar una realidad que los datos tozudamente explicitan». «Los abajo firmantes nos solidarizamos con la propuesta municipal a favor de una autonomía leonesa al amparo de una sabia reflexión cervantina «la verdad adelgaza y no quiebra y siempre anda sobre la mentira como el aceite sobre el agua», concluye el manifiesto.
Los promotores de esta iniciativa han sido los escritores Juan Pedro Aparicio y José María Merino, junto a miembros de Amigos de los Decreta: Tomás Álvarez, periodista y escritor; Santiago Asenjo, bibliotecario; Rogelio Blanco, ensayista; Luis Bandera, gestor cultural; Antonio Barreñada, filólogo; Javier Callado, veterinario y divulgador; y David Díez Llamas, sociólogo.
Entre los firmantes se encuentran autores como Antonio Gamoneda, Luis Artigue, Juan Pedro Aparicio o Julio Llamazares, artistas plásticos como Sendo, Uriarte, Alonso Santocildes o Amancio González, y un elevado número de personas procedentes de los distintos sectores y comarcas de la provincia. Entre ellas, los escritores bercianos Juan Carlos Mestre, Valentín Carrera, Berta Pichel, Manuel Cuenya, Nicanor García Ordiz, Santiago Macías y Roberto González-Quevedo.
TEXTO DEL MANIFIESTO
Es tarea inexcusable de los políticos resolver los problemas recogiendo sentires e inquietudes de la ciudadanía para, sumando voluntades, exponerlos y canalizarlos a fin de lograr las mejores soluciones.
La Comunidad Autónoma de Castilla y León se conforma mediante dos entidades, de rica y profunda historia, unidas en expresión copulativa que en principio debiera unir esfuerzos, resolver desequilibrios y permitir que ambos territorios progresen cooperativamente sin perder sus esencias. Pero, tras años de vinculación, la debacle económica y social, de acuerdo con los datos que se reciben, es manifiestamente dramática. La mayoría de los indicadores evidencian el declive de la Región Leonesa. Se trata de indicadores económicos que la mayoría de los afectados reciben con preocupación, máxime en un periodo -el democrático- de mayor progreso y desarrollo de España. Así, a contracorriente, es difícil explicar esa decadencia a los habitantes de esta región, la más histórica de las históricas.
Los pueblos abandonados, la demografía envejecida, el desempleo, la emigración de los jóvenes, la falta de inversiones relevantes, la parálisis económica de sectores productivos que en décadas pasadas eran relevantes a nivel nacional y sirvieron para enriquecer a otros territorios hispanos son datos que de continuo se explicitan y los leoneses sufren.
Ante esta circunstancia, la inquietud y el pesimismo se apoderan de una población envejecida, que no observa el progreso del país, sino el aumento de la decadencia y los desequilibrios internos de un territorio autonómico cuya vertebración pareciera mal diseñada desde su origen.
El buen político ha de saber reconocer estos hechos y leerlos, recoger los contenidos e interpretarlos, sacar conclusiones y ofrecer soluciones.
Estimamos que tal es la visión apuntada por el Alcalde de León, José Antonio Díez, a la que se han sumado otras y, aquí, las nuestras. No obstante, y una vez más, intereses ajenos al objetivo que se pretende tergiversan la interpretación, la lectura y la exposición de tan gravísimos datos para tratar de ocultar una realidad que tozudamente se ofrece dramática mediante interpretaciones distorsionadas respecto al discurso central: el declive de la región leonesa.
No se resuelve la situación ocultando los problemas bajo la alfombra tejida por demagogias descalificadoras. Desde el Ayuntamiento de León se ha adentrado en los problemas, que requieren soluciones. No sirven ya discursos disolventes aireados para negar o silenciar una realidad que los datos tozudamente explicitan.
Los abajo firmantes nos solidarizamos con la propuesta municipal a favor de una autonomía leonesa al amparo de una sabia reflexión cervantina «la verdad adelgaza y no quiebra y siempre anda sobre la mentira como el aceite sobre el agua».