[LA OVEJA NEGRA] Los buenos gestores del capitalismo
GERMÁN VALCÁRCEL | Mientras el planeta arde, literalmente, y un tarado fascista inicia los prolegómenos de la próxima guerra por el petróleo, en esta esquina de Europa elegimos el gobierno “más progresista” de la historia, aunque el país siga siendo la misma siniestra mazmorra franquista para disidentes de siempre.
Vivimos un mundo fruto de cuarenta años de neoliberalismo global, genocida y ecocida, la ideología más criminal, depredadora y dañina en la historia de la humanidad, que ha dado como fruto sociedades estructuralmente desiguales y depredadoras, aculturizadas, incultas y alienadas, donde la vida es una guerra, en la que de lo que se trata es de ganar o perder y para ello es necesario poner nuestra mente y nuestro cuerpo al servicio del mercado. Son las consecuencias de que la información sea monopolio de medios manipulados, al servicio de ese modelo ideológico global. Esos medios han hecho un gran trabajo al facilitarnos interiorizar conceptos como jerarquía, clasismo y racismo, introduciendo para ello en nuestras mentes el culto al chismorreo, la superficialidad, la competitividad, la obsesión por el poder.
Servidor nada espera del gobierno “más progresista” de la historia de España, poco más que un ligero maquillaje, ni siquiera un liftin. Solo recordar que, en materia de Derechos Civiles, quien encabeza este gobierno, con la abstención de su actual socio, Podemos, sacó adelante hace poco más de dos meses el Real Decreto Ley 14/2019 de fecha 31 de octubre (la llamada Ley Mordaza digital) en el que se adoptan “medidas urgentes por razones de seguridad publica en materia de administración digital”; dicha ley no es más que un atentado a los derechos de protestas de la ciudadanía.
Juristas especializados han afirmado que protestas como el 15M, las convocatorias de las plataformas anti desahucios o muchas de las masivas protestas feministas de los últimos años podrían haber sido criminalizadas con esta ley vigente.
Sostengo que nada espero de él porque no entiendo la política como un circo, no puedo entender que quienes afirmaban hace escasas semanas que el vendedor de corbatas Sánchez era un felón y un mentiroso, que lo es, lo hayan convertido de pronto en un cabal hombre de izquierda, no entiendo a los que antes convirtieron a Íñigo Errejón en el nuevo Albert Rivera ahora vuelvan a hablar del compañero Íñigo o que de pronto ese señor tan gracioso, Revilla, se haya convertido en un fascista, que lo es, y el Rey en poco menos que en un presidente republicano.
El criterio político y la estructura argumental de la mayoría de los votantes de izquierda de este país es cada día más parecido al de los votantes de derechas, todo vale con tal de que gobiernen los míos. La misma ausencia de capacidad crítica; la misma carencia de ideas, poco más que los eslóganes emitidos por los gabinetes de comunicación, intoxicación más bien, de sus partidos; el mismo sectarismo, estás conmigo o esta contra mí; los mismos tics autoritarios, las mismas falacias argumentativas saltan ante la mínima crítica. España es definitivamente el reino de lo “cuñaos” y “cuñás”, en esto tampoco hay distinción de género.
Para servidor la formación del nuevo gobierno, por mucho que algunos intenten convencerme de que ante la dura realidad debamos ir de la mano con todo tipo de entelequias, es la entronización del reino de lo falso, el naufragio de la política, el preámbulo del apocalipsis ecológico y social al que se va ver sometido este país. La entrada de Podemos en el gobierno deja toda la oposición y el control de la misma en manos de la derecha más extrema. ¿Por qué no ha hecho Podemos lo mismo que Esquerra?, apoyar con sus votos la formación de gobierno y quedarse en el Parlamento como guardianes de los acuerdos; sin embargo, han pesado más las ansias de poder de sus líderes que el bien común. Me temo que en poco tiempo tendremos un Parlamento con cerca de un centenar de diputados de VOX. Me gustaría equivocarme, por razones obvias de supervivencia.
Mercantilizar la ecología, lucrarse con la naturaleza y generar un sistema que no dista del actual no va a resolver los gravísimos problemas a los que nos enfrentamos
Podemos va a sufrir todo tipo de humillaciones por parte del PSOE, partido acostumbrado a pensar a largo plazo, cuestión esta que no hacen los podemitas; los van a llevar a limites incalculables, la primera muestra, antes de la formación del gobierno, ese pellizco de monja que son las vicepresidencias; los socialistas tratarán de hacer fracasar la coalición y así poder decir que la intransigencia y populismo de los podemitas hace inviable cualquier posibilidad de gobierno progresista.
Podemos nació para sacar de las calles la potente contestación social que, desde el 15 de mayo de 2011 hasta las europeas de 2014, convulsionaba nuestro país, mediante la autoorganización de sus gentes, las llamadas Mareas. Una vez logrado el objetivo, el Régimen se apresta a destruir el juguete, mediante el conocido método de la cooptación y con el PSOE otra vez como instrumento. No lo tienen difícil, en Unidas Podemos ya solo quedan los que dominan el uso y abuso de las palancas del poder, los que han patrimonializado el partido y sus recursos para imponer un modelo caudillista y piramidal donde priman las camarillas, las alianzas bastardas, el puñalismo trapero y la crematística del poder. Es una historia ya vivida en la Transición con el Partido Comunista.
Desactivar, desestructurar y destruir la protesta social es algo que el Poder siempre ha hecho muy bien en España, incluso en nuestra Comarca Circular, de muestra un botón muy reciente: los últimos días ha aparecido un manifiesto firmado por supuestas personalidades, la tradición de los abajo firmantes es algo viejo en la historia de este país, lo que llama la atención, además de lo variopinto de los firmantes, es el clasismo de su reclamo: “personalidades y profesionales” (así se han presentado en varios titulares de prensa), los antiguos abajo firmantes siempre solían recurrir a algunos obreros o representantes de ellos (se ve que el obrerismo es algo muy desprestigiado) y la auto designación en “Embajada de Buena Voluntad”, constatamos que los que luchan y protestan en las calles con sus simples cuerpos como toda arma, carecen de esa “buena voluntad”.
Servidor es conocedor de que quienes han escrito el texto son gentes que dominan el lenguaje, y también sé que el lenguaje crea realidades en la gente. Lo siguiente será tildar, ya lo verán, de extremistas radicales que no representan a nadie a quienes osen cuestionar que no se trata de pedir dos años de moratoria, que llevarían el tema al olvido, sino de no conceder los permisos. Uno se pregunta si estas “personalidades” seguirán luchando una vez concedida la licencia –parece ser que ya está concedida– si se decide seguir peleando o habrán conseguido el objetivo de desmovilizar lo poco que ya quedaba de lucha y resistencia.
No dudo de la buena fe y voluntad de algunos de los abajo firmantes, como tampoco pongo en cuestión el derecho de ciertos empresarios a defender sus intereses, incluso estoy dispuesto a aceptar que algunos se preparen una buena pista de acceso a los ingentes fondos que, supuestamente, traerá a esta tierra, a través de CIUDEN, esa New Green Deal que dicen se prepara desde la Vicepresidencia de Transición Ecológica y Reto Demográfico. Pero si realmente quieren ayudar exijan la no concesión de los permisos y cuiden un poquito el lenguaje, ustedes saben usarlo.
La sostenibilidad es una manta cómoda para las clases medias de esta parte del planeta, les permite comprarse un coche eléctrico, seguir consumiendo productos “sostenibles” y viajando. Por eso el actual movimiento ecologista ha vendido, no solo aquí, su alma a la política y a la industria. Mercantilizar la ecología, lucrarse con la naturaleza y generar un sistema que no dista del actual no va a resolver los gravísimos problemas a los que nos enfrentamos. La agroindustria del vino y el turismo, tal como están concebidos, forman parte del mismo modelo de desarrollo, de crecimiento actual, solo que vestido de verde y encima elitista. Un poquito menos de ecología fresita, por favor.