Un pimentón elaborado en el Bierzo, catalogado entre los mejores de España
Además de los ya conocidos, el Bierzo también se suma a la competencia en calidad de otros productos agroalimentarios. Un análisis físico-químico determinó este pasado 15 de enero que el pimentón fabricado por marca berciana Grupo Vallelongo se encuentra entre los mejores pimentones del país.
El laboratorio Eurofins Food Testing de Luxemburgo que es una referencia internacional en el sector de servicios analíticos para la industria farmacéutica y biosanitaria en Europa, y uno de los principales laboratorios de servicios analíticos cGMP y GLP en la costa oeste de Estados Unidos, determinó mediante un análisis físico-químico que la muestra analizada del pimentón que comercializa la empresa berciana ha alcanzado la graduación de 204.5 unidades.
Teniendo en cuenta que el Pimentón de la Vera (pimentón de referencia en España) alcanza los niveles de 140-200 grados en la variedad de Jaranda, 130-200 grados en la variedad de Jariza, 120-190 grados en la variedad de Jeromín y 90-140 grados en la variedad de Bola, según el pliego de condiciones de la denominación de origen protegida del Pimentón de la Vera y el Consejo regulador, la muestra analizada de esta empresa liderada por el joven berciano Carlos Pardo Álvarez supera cualquiera de estas variedades.
«Ahora mismo, en España no hay concursos en los cuáles demostrar la calidad de un pimentón, por lo que tenemos que acudir a análisis en laboratorios que periódicamente examinen nuestro producto y así determinar su grado de calidad», explica Carlos Pardo.
Las herramientas para fabricar este producto son las utilizadas hace más de seis décadas en algunos pueblos de la comarca; donde los vecinos, ayudados de los “tellados” para extender los pimientos recolectados, la cocina de leña para colocarlos a una altura determinada y así secarse, el horno del pan para darle el último golpe de calor al pimiento, y el mítico molino de piedra de granito para deshacer esos trozos de pimientos secos y así obtener esta especia tan apreciada en nuestra gastronomía.
«Yo aprendí en Carracedelo con unas personas que prefieren no revele su identidad; me enseñaron todos los trucos de esta labor, desde el plantado, el molido, pasando por el primer y segundo secado; y hasta me ayudaron a conseguir un molino de piedra original. Esta es la gente que hace el mejor pimentón sin necesidad de entender de graduación ni de análisis físico-químicos, pero no cabe ninguna duda que son los verdaderos protagonistas de esta historia. Recuerdo, cada vez que les hago una visita, el hombre de la casa después de estrecharme la mano siempre exclama: ¿Un vinín?», explica Carlos.
Tres años de trayectoria separan el tiempo en el que este joven buscaba «humildemente» ayuda profesional entre los vecinos de Carracedelo para aprender este casi olvidado oficio. Para su comercialización, Vallelongo utiliza un molino de piedra natural. «El precio del pimentón va a ser el mismo porque el producto sigue siendo el mismo; la única diferencia del que fabricábamos antes al de ahora solo es un análisis de laboratorio», apunta Carlos Pardo.