[ZASCAS] Transparencias y dislates del coronavirus
A las instituciones se les suele llenar la boca con la transparencia, pero a la hora de practicarla siempre la interpretan a su conveniencia.
La Junta de Castilla y León, sin ir más lejos, ha dejado de facilitar los datos de afectados por centros hospitalarios (que es lo procedente) para pasar a ofrecerlos por provincias. Así que nos quedamos sin saber, al menos oficialmente, si la incidencia del Covid-19 en el Bierzo sigue limitada a los dos casos conocidos (tres con el que fue trasladado a León) o si ha aumentado y cuánto.
Con esa cifra, desde luego, se nos antoja un dislate la propuesta del PCE de intervenir el Hospital de la Reina y Clínica Ponferrada. A no ser que estemos hablando de otro tipo de planteamiento, más ideológico que sanitario, aprovechando que el coronavirus al que ahora se invoca para todo pasaba por aquí. A algunos les brota el afán estatalizador hasta en los peores momentos.
No es menos discutible la decisión del Ayuntamiento de Ponferrada de suprimir por completo el transporte urbano, cuando ni siquiera el Gobierno de la nación lo ha hecho en el decreto que declara el estado de alarma. Tampoco la Junta, aunque más restrictiva, ha llegado tan lejos. Y mantener una distancia de seguridad de un metro, e incluso de dos o tres, en los autobuses ponferradinos es lo más fácil del mundo: circulan semivacíos a casi todas las horas del día.
Se podrían haber reducido frecuencias y líneas –en realidad, visto el nivel de ocupación, seguramente habrá que hacerlo en la inevitable reestructuración del TUP–, pero eliminar el servicio de un plumazo poco contribuirá a evitar hipotéticos contagios y dificulta la movilidad, palabra que tanto les gusta a nuestros munícipes, de muchos trabajadores y vecinos de las pedanías. La prudencia y la serenidad se compadecen mal con la sobreactuación.