Un sueño
Deus, ecce deus.
Sueño que somos dioses
y me despierto solo en la cama enorme.
En mitad de la noche te descubro
buscando algo entre las sombras
y las siluetas fantasmales, nervios
que la inminente aurora te concede
a través de las copas
de los árboles… Cómo
podría nadie pensar que no sea ésta
preocupación para un hombre.
—
Juan Carlos Suñén
Magaz de Abajo