[LA OVEJA NEGRA] Mal empiezan
GERMÁN VALCÁRCEL | El polvo que levantan las trifulcas políticas impide debatir, en su justa medida, la trascendencia de los hechos que las generan: los cinco municipios más poblados del Bierzo (el 70% de la población) pueden estar gobernados por el centro izquierda, aunque dos de ellos, Fabero y Camponaraya, con regidores con serias y preocupantes lagunas éticas en su forma de ejercer la acción política.
Mucho ojo con el fontanero del difunto Antonio Canedo, tantos años en el entorno del desaparecido alcalde le hacen buen conocedor de todo lo ocurrido en torno a la urbanización La Cerca, en el municipio del que actualmente ejerce de cacique. Algo que siempre le dará poder en el socialismo provincial y que le empezará a dar réditos inmediatos en la Diputación provincial. Pero de eso hablaremos más adelante, tiempo tendremos, ya que posiblemente la institución provincial no se conformará hasta julio o agosto.
Las negociaciones para la elección del nuevo alcalde ponferradino están produciendo, entre algunos cargos electos, los mismos efectos que la ingesta desaforada de calimocho. Si no, no se entiende qué hace la portavoz podemita, doña Lorena González, ejerciendo de palmera y avalista de esos epígonos de la mediocridad intelectual y de la indecencia política sin contornos conocidos, apellidados Carballo y Folgueral.
Porque si no estaba bajo los efectos del calimocho, demuestra ser una indocumentada: ¿no hay nadie en la formación podemita que le explique cuál ha sido la larga trayectoria política del ayatolá bercianista o el amplio expediente judicial del exalcalde tras sus dos años de gestión? Y si no, peor todavía, es una catequista sin desflorar en estas cosas de la política y, en consecuencia, no merece estar representando a más de dos mil ciudadanos ponferradinos que se sienten de eso que se llama izquierdas. Ahora empiezo a entender el sonoro silencio podemita ante el “caso” del Mundial de Ciclismo.
Servidor sabe que, en Ponferrada, casi todo lo decente está en la orilla o fuera de los partidos políticos, también soy consciente que por la vía institucional no habrá jamás ninguna revolución, y si me apuran tampoco ninguna regeneración, pero ahora que parece factible (uno ya no da nada por seguro) que se pueda conformar un equipo de gobierno que intente, repito, simplemente intente, poner un poco de orden, cordura y decencia en la gestión municipal, ante tantísima corrupción, chulería y necedad como ha sufrido durante veinticinco años esta ciudad, aparece la portavoz podemita, conocida en algunos círculos políticos como “Miss YO-YO”, haciéndole el caldo gordo a dos de los personajes más siniestros, ya es decir, que han pisado el Consistorio de esta depauperada ciudad.
Ante semejante muestra de ignorancia –servidor prefiere creer eso– da sudores fríos pensar cual va a ser el posicionamiento y la capacidad de resistencia de las concejalas podemitas, si entran en el equipo de gobierno, ante los gravísimos problemas y presiones que deberán afrontar: Pliego de recogida de basuras, parques y jardines; el Tup; los múltiples casos judiciales pendientes; la RPT (Relación de Puestos de Trabajo), donde van a tener que lidiar con una representación sindical pútrida (no se deje engañar por supuestos sindicalistas, por muy cobijados que se encuentren bajo siglas historicas), más acostumbrada a trapichear prebendas y canonjías que a defender derechos o mirar por las necesidades de los ciudadanos que les pagan (lo de servidores públicos es algo que por estas tierras no hay mucha tradición), y una larga lista que obvio por no aburrir al improbable lector.
Los tiempos no permiten silencios cómplices, ni compromisos de despacho y lámpara de opalina
A doña Lorena alguien debería explicarle que la política municipal nada tiene que ver con la acción parlamentaria. En el municipalismo hay que bajar al barro y ensuciarse, y además mucho. Las concejalas podemitas van a compartir responsabilidades de gobierno, si pactan, con concejales deudores y pertenecientes a un partido corresponsable por acción y omisión del estercolero en que se han convertido las instituciones de este país, partido que no es de fiar en absoluto (por muy honrados que sean estos concejales), un partido que está deseando firmar con Cs –no afirmo que sea la prioridad, al menos de momento, de los electos socialistas de Ponferrada–. También va tener que enfrentarse con unos “compañeros” de Consistorio con el colmillo retorcido y con muy pocos, o ninguno, escrúpulos; va tener que lidiar con funcionarios corruptos dispuestos a boicotear cualquier intento de regeneración, va a tener que hacer frente a muchas presiones de empresarios y “conseguidores” (gentes que están defendiendo la opción de Cs) acostumbrados a “negociar” y hablar de lo suyo como si fuera lo de todos; se va a encontrar con algunos “periodistas” que no son más que sicarios al servicio de los intereses de sus patrones. En definitiva, va tener un entorno muy muy hostil, con gentes que no dudarán en ningunearla, en intentar destruirla, no solo políticamente, si sienten que sus intereses, la mayoría de las veces espurios, son tocados. No se lo ponga tan fácil. Si a estas alturas todavía no sabe a qué se va enfrentar lo mejor que pueden hacer es irse para su casa.
En Ponferrada, tal vez por el tamaño, he podido muy ver de cerca la cara más fea de la política, la que necesita de la impostura para mantener el crédito, hecha por deshumanizados políticos de acero inoxidable que ejercen el poder sin culpa, representantes políticos que tratan a los ciudadanos como basura demagógica o como potenciales siervos y, sobre todo, mi desolación es debida a haber constatado que vivimos en una democracia vigilada, donde muchos de nuestros vecinos, ejercen de orejas y ojos de las mafias del poder, aquí no existe, de momento –seguramente ya en ningún sitio–, la posibilidad de pelear por un proyecto social de emancipación.
Me voy a permitir el exceso de ofrecerle mi opinion: si firma un acuerdo con el PSOE, mire siempre hacia Camponaraya, allí anida lo peor del PSOE comarcal, allí es donde se va a intentar reeditar el viejo PPOE, y pretenden, ya, que Cacabelos sea la primera víctima a cobrarse, la siguiente Ponferrada. Tampoco olvide que, cuando negocie con los socialistas ponferradinos, entre los posibles negociadores se encontrará con algunos de los que firmaron y negociaron el repugnante pacto que llevó a Samuel Folgueral a la alcaldía de la capital.
Aunque doña Lorena seguramente no me creerá, le aseguro que me gustaría que no fueran arrastradas por el inmenso río de mierda que circula por las alcantarillas de la vida política berciana; es una persona joven en una tierra donde la mayoría de sus compañeros de generación han recibido por parte de los caciques y mafiosos la orden, no escrita en ningún sitio, de emigrar si quieren seguir sobreviviendo, contra esa fatalidad histórica de esta tierra debemos rebelarnos. La concejala electa debería saber que los tiempos no permiten silencios cómplices, ni compromisos de despacho y lámpara de opalina, sino que se deben forzar compromisos éticos reales de carne y hueso, y con luz y taquigrafos, aunque, como es de prever, buscar esos compromisos en una sociedad que paga el salario del miedo conduce a veces al vacío. Lo sé y usted debe asumirlo, esta es una sociedad egoísta y subvencionada, que aplaude a sus verdugos, aunque le produzcan miedo.
Ponferrada es una ciudad secuestrada por poderes mafiosos, esos grupos mafiosos siguen ahí (Celso López Gavela, un socialcristiano, solo fue un pequeño paréntesis en la podrida historia de esta ciudad), no solo entre los representantes políticos, también en el funcionariado y en amplios sectores sociales. Tengo la impresión de que los podemitas ponferradinos no son conscientes de la responsabilidad que han adquirido; con una izquierda (el PSOE y la mayoría de sus votantes ni lo son ni lo han sido jamás) en desbandada, solo quedan dos pequeñas lucecitas mortecinas en Ponferrada y en Cacabelos, lo demás es un frío, vacio y desolado páramo. Ocho años después del 15M, la situación es muchísimo peor que entonces, del “no nos representan” hemos pasado a querer que nos representen Tarsicio Carballo y Samuel Folgueral.
En las hemerotecas quedan las palabras grandes y pequeñas, los hechos grandes y pequeños y, en esa combinación de datos que ya han pasado a la historia, datos que permanecen en la más fugitiva cotidianidad, podemos encontrar la explicación del por qué ha sido posible la descomposición de la izquierda en la comarca del Bierzo. Esperemos que Podemos en Ponferrada y los restos de IU en Cacabelos superen el síndrome de Robinson Crusoe, tan común en eso que se autodenomina izquierda transformadora: hacer chiringuitos con los restos del naufragio. Chiringuitos desorientados, endogámicos que, desquiciados ante la posibilidad de su no función en la sociedad y en la historia, ni saben, ni responden a las necesidades sociales objetivas de los de abajo a la izquierda.