Celebración del caballo
¿Puedes acaso detener al viento?
¿No ignora el viento las fronteras, libre
va y viene sin disfraz,
sopla a su antojo?
¡Mi caballo no es hijo del viento
ni su madre en los montes fue preñada por la tormenta!
Pero cuando sediento de pradera respinga
apenas puedo contenerlo, entonces
él es mi torre o mi ataúd. Entonces
ciertamente es el aire
más dócil.
¡Suena el cuerno
del Sol! ¡Pertenecemos
a otro prado sin veda ni reposo!
Ni siquiera a la muerte pertenecemos tanto.
—
Juan Carlos Suñén
Magaz de Abajo