El poeta en la taberna (III)
Este que anda a la guerra en defensa del amo
no vale más que un perro:
qué pronto olvidaremos su fidelidad y su arrojo.
¡Pero ay de uno que luche sólo para salvarse!
En verdad es más sabio
ese que va corriendo como un conejo.
Aunque no hay insensato como el otro:
busca la adversidad y la aventura
para poner a prueba
su valor y su rango.
¡Venga un trago de vino por el príncipe de los majaderos!
—
Juan Carlos Suñén
Magaz de Abajo