Impuestos
Alzas una de mármol
columna a los caídos
y otra, de oro, a los dioses.
Fomentas la pereza del escriba
y la ferocidad del cobrador.
Honras a los jueces
con banquetes que al cabo
encarecen el precio
de la carne en la plaza.
El ejército vuelve
despojado y aumentas
los impuestos. Actúas
como el necio pastor
y avaro que confía
en obtener el doble de la lana
esquilando dos veces a la oveja.
— Juan Carlos Suñén
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