El poeta en la taberna (IV)
Marchad en buena hora
los que andáis moribundos
o menguados de sueño
o de hogar encelados
antes de que se os llene
de nubes la tardanza,
y echad mano a la bolsa
los que seáis generosos
y queráis escucharme
pues ahora que la noche
se aquieta y que la luna
sale entre los tejados,
el ingenio me sirve
su vaso y me parece
que voy a darle gusto
a uno que lleva
pidiéndome cantar
desde hace tiempo.
Conque seréis vosotros
los primeros
en juzgar si me gano
lo que bebo.
— Juan Carlos Suñén
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