A la victoria (IV)
Pocos de los que suelen
escribir con estilo
directo y llano harían
parecer tu corona
merecida, y ninguno,
ni los grandes maestros
del pasado que alcanzan
al más alto en altura,
daría alcance a tu nueva
majestad; es más digno
de amigo someterse
a tu cólera. Vete
sabiendo que no soy
el que imaginas, piensa
que me prohíbe la musa
afirmar que la sopa
del pobre es de tu mano
pero su hambre no.
— Juan Carlos Suñén
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