[REVISTA] Franco vive en la cápsula del tiempo desde el Antropoceno
Comienzan las obras del castillo viejo de Ponferrada enterrando una cápsula del tiempo y los maledicentes aseguran que el afán de protagonismo de la alcaldesa por antonomasia es tan grande que sería capaz de meterse dentro ella misma para pasar a la posterioridad, como diría nuestro empresario favorito.
Declinamos la amable invitación que nos hizo ayer en el puente del ferrocarril y después por escrito, aunque para que no lo tome como un desaire le sugerimos que en nuestro nombre introduzca en la caja el sumario del caso Gürtel, el contrato de la basura, el pliego para la adjudicación del TUP o el doctorado de la exconcejala, por poner algunos ejemplos. También se nos había ocurrido una de las bicicletas eléctricas del Mundial, pero no cabe. Si acaso las conclusiones de la comisión de investigación.
Tampoco podrá meter en la dichosa cápsula (cláusula, diría nuestro empresario) las últimas actas de la Junta de Gobierno Local, que llevan sin publicarse desde el 20 de marzo. Podía haberlo explicado en la rueda de prensa de ayer, en lugar de presumir de lo que carece. Porque tiene gracia eso de «Ojalá hubiese encontrado yo el ayuntamiento como se lo dejo al nuevo gobierno». En lo que atañe a los grandes problemas pendientes de la ciudad, los deja exactamente igual que se los encontró: sin resolver. Llevará buen cuidado su sucesor de hacerse el loco ante su ofrecimiento de ayuda.
Las actas de la Junta de Gobierno Local de Ponferrada llevan sin publicarse desde el 20 de marzo
También se habrá sentido aliviado Olegario Ramón ante el rechazo de Tarsicio (al que poco le ha durado su enfado con los digitales «enemigos» del Bierzo) a su oferta de integración en el equipo de gobierno. Por su parte, el imputado con ruedas dice que a él no lo llamaron, aunque esperaba ansioso su turno y acaso alguna ayuda desde el PSOE. Los hay ilusos. Tanto que iban a eliminar los carteles de “se alquila” y resulta que ya lo han vuelto a colocar en la que fue su sede de campaña. Sic transit gloria mundi.
Para troncharse de risa lo de El PP propone un gobierno de concentración para Cacabelos dejando a un lado el «frentismo» y la «judicialización». Lo dice precisamente quien estuvo en el origen de todo eso, el querulante por excelencia. A lo mejor si se va a casa habría alguna oportunidad de empezar de cero. Nos cuentan que La propuesta de Adolfo Canedo encuentra rechazo o silencio por respuesta, que «Izquierda Unida la desprecia directamente, mientras que PSOE y SXC no han querido valorarla». Lo raro es que no hayan soltado una carcajada.
Cosas de la justicia española. Ahora resulta que El Supremo reconoce a Franco como jefe del Estado desde el 1 de octubre de 1936, en plena Guerra Civil. Al dictador lo eligieron un puñado de altos mandos militares sublevados contra la legalidad republicana, pero eso parece ser un detalle sin importancia. Eso sí, El fiscal tacha lo ocurrido en Catalunya de «golpe de Estado». Mejor les dejamos con una recomendación televisiva para esta noche: Carrera presenta un viaje contra el cambio climático, de Galicia a la Antártida. La cosa va del Antropoceno.