[PÍLDORAS CONFINADAS] Junio se hace el sueco en plena crisis
“La forma inteligente de mantener a la población pasiva y obediente es limitando el espectro de opiniones políticamente correctas, pero alentando acalorados debates dentro de los límites de ese espectro”, sostiene Noam Chomsky. De momento ya nos han puesto el bozal, después vendrá la chapa de vacunación. Pero como certeramente señala el naturalista Joaquín Araújo: «Estamos aterrorizados por un virus, debería aterrarnos nuestro estilo de vida». En fin, el caso es que Sin franjas horarias y con acceso a bares: El Bierzo y Laciana pasan a la fase 2 este lunes en el que estrenamos además el mes de junio.
El espectáculo debe continuar. Ayer comimos otra vez con Pedro Sánchez después de saber que El Gobierno y ERC alcanzan un acuerdo para una última prórroga del estado de alarma. En ‘Los hijos de Sánchez’ nos advierten de que el ingreso mínimo vital es una condición necesaria para salir de la pobreza severa, pero no es suficiente. Y como apunta Carlos Taibo: “Me temo que la crisis la pagarán los de siempre. A menos, claro, que se rebelen”. Cuidado, por mucho voto cautivo que cultiven, una encuesta pronostica esto: La suma de PP, Vox y Cs, al borde por primera vez de la mayoría absoluta.
De momento ya nos han puesto el bozal, después vendrá la chapa de vacunación
Seguimos mirando con envidia La burbuja sueca o cómo la pandemia ha demostrado que viven “en otro planeta”. Sin confinar a sus ciudadanos, Suecia presenta un balance de 39 muertos por cada 100.000 habitantes, y entre un 7 y un 10% de descenso en el PIB. España, con su arresto domiciliario de tres meses largos, 59 muertos y se calcula que entre el 9 y el 12% de caída del producto interior bruto. Pero parece que aquí las preocupaciones de los gobernantes eran otras, por ejemplo EL “MILAGRO” DEL HOSPITAL DE IFEMA. “Han utilizado la pandemia y a los pacientes como coartada para hacer lo único que saben hacer: corromper”, denuncia la médica Mónica García.
Ciertos titulares sobre el trágico suceso que afecta al concejal Pedro Muñoz nos retrotraen a los tiempos del carnicero del Edificio Minero (ha dejado buenos émulos el tipo que aporreaba el teclado con guantes de boxeo) y el caso del niño que se cayó de la trona en Albacete, aquel patinazo monumental del decano con sus portadas tremebundas. Sensacionalismo de la peor especie, propio de malnacidos que ante una situación tan delicada primero disparan y después preguntan. Más grave aún sabiendo cómo se las gastan las redes sociales: basta una mera insinuación malintencionada para que los energúmenos organicen un linchamiento público.