¿Jugará la Ponferradina con público en las gradas en su visita a Las Palmas?
La posibilidad anunciada este lunes por el presidente del equipo isleño abre un debate sobre la presencia de aficionados en los estadios al final de la desescalada.
La Ponferradina debe visitar el estadio de Gran Canaria en la primera semana de julio para enfrentarse a la UD Las Palmas en partido correspondiente a la jornada 38 del campeonato de Segunda División, que se reanudará la próxima semana. En principio, de acuerdo con las previsiones manejadas por el Gobierno, a puerta cerrada como todos los encuentros de la competición futbolística al menos hasta final de temporada.
Sin embargo, el presidente de la UD Las Palmas, Miguel Ángel Ramírez, ha abierto una espita este lunes al afirmar en unas declaraciones a la emisora oficial del club insular que está negociando la posibilidad de jugar con público sus partidos de casa, en el estadio de Gran Canaria, lo que convertiría al recinto isleño en el primero del mundo en hacerlo con presencia de aficionados durante la crisis sanitaria por la pandemia del coronavirus.
Ramírez desveló que ha negociado con LaLiga esta posibilidad, y que de forma paralela mantuvo conversaciones con el presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, y con el del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales. «Si el territorio entra en fase 3 y las competencias pasan al Gobierno de Canarias, he negociado con Ángel Víctor Torres la posibilidad de abrir el estadio a los aficionados y ha dado el visto bueno», detalló.
El presidente del conjunto amarillo agregó que LaLiga les ha exigido unos protocolos que están diseñando y que, con posterioridad, necesitarían la autorización de las autoridades sanitarias para ocupar el 30% de las gradas del estadio de Gran Canaria, con capacidad para más de 30.000 espectadores. «Hemos sido bastante ambiciosos en este objetivo y parece que lo vamos a conseguir», subrayó Ramírez, que confía en poder anunciarlo oficialmente la próxima semana.
La intención de la Unión Deportiva, que ha pillado por sorpresa a la mayoría de los clubes de fútbol, abre un debate en el que sin duda surgirán posturas contrapuestas y controversia sobre la existencia de un agravio comparativo si se permite a unos equipos y a otros no –dependiendo de la Comunidad autónoma a la que pertenezcan o a la fase de la desescalada en la que se encuentren– jugar con público en el tramo final de la competición. Otra cuestión sería que las autoridades sanitarias permitiesen la asistencia a todos los estadios de un 30% del aforo, algo que a día de hoy se antoja muy improbable.
El Real Oviedo, primer rival al que se enfrentará la Ponferradina en el reinicio del campeonato liguero (el viernes día 12, a las 21.30 horas), también ha solicitado permiso para que puedan asistir al encuentro 800 aficionados.