La ‘desaparición’ de los partidos políticos
El PP rebasa con creces el plazo fijado en los estatutos para el funcionamiento de la gestora de Ponferrada y el PSOE incumple el régimen de asambleas.
El estado de alarma primero y el verano ahora amenazan con llevarse por delante la ya de por sí mortecina vida orgánica de los partidos políticos en la comarca, convertidos cada vez más en maquinarias electorales en las que la participación de los militantes se reduce al mínimo mientras la imagen y representación pública la asumen prácticamente en exclusiva los cargos institucionales.
El Partido Popular está dirigido en Ponferrada y Bembibre, las dos principales agrupaciones de la comarca, por sendas gestoras que fueron nombradas por la dirección provincial en septiembre del año pasado, comandadas por el exconcejal Neftalí Fernández Barba y Luis González Álvarez, respectivamente. No ha trascendido si durante este período se han celebrado reuniones abiertas a la participación de los afiliados.
Como quiera que el verano de la nueva normalidad –con sus mascarillas y limitación de aforos– no parece la época más propicia para convocar las asambleas, ambas gestoras previsiblemente duplicarán el plazo fijado en los estatutos para el funcionamiento de este tipo de órganos provisionales. En Ponferrada, donde el partido se encuentra inmerso además en la búsqueda de una nueva sede, el portavoz municipal Marco Morala se perfila como el nuevo presidente de la junta local, cargo que hasta su destitución ocupaba María Antonia Gancedo.
En el PSOE, la principal incógnita sigue siendo la renovación de la ejecutiva comarcal, elegida en 2013 y que ha rebasado con creces el mandato estipulado en los estatutos. Primero la sucesión de procesos electorales, después el estado de alarma y ahora el verano mantienen aparcada la previsible reelección de Gerardo Álvarez Courel como secretario general.
La reconstrucción del bercianismo
En la principal agrupación de la comarca, la de Ponferrada, tampoco se ha cumplido la previsión estatuaria de celebrar al menos una asamblea ordinaria cada seis meses. Su secretario general y alcalde del municipio, Olegario Ramón, convocó a los afiliados tras la victoria electoral de mayo de 2019, pero desde entonces la actividad orgánica parece haber decaído. La mayoría de los miembros de su ejecutiva ocupan además un cargo público en cuyo desempeño están volcados.
La vida interna nunca ha sido especialmente relevante en el resto de las formaciones con representación municipal en los principales municipios bercianos. Si se toma como ejemplo Ponferrada, apenas ha existido nunca salvo en las etapas previas a las elecciones en proyectos caudillistas como los liderados por Samuel Folgueral o Tarsicio Carballo, y se limita a la mínima expresión en Ciudadanos, con una escasa y poca activa militancia, o incluso Podemos, que ha perdido buena parte de la fuerza inicial de su círculo.
Caso aparte constituye en estos momenos Coalición por El Bierzo, una formación que en la práctica redujo los espacios de participación de los que disponía el Partido de El Bierzo. Tras la obligada salida de la escena política de Pedro Muñoz, el bercianismo deberá afrontar un proceso de reconstrucción bajo el liderazgo de Iván Alonso en el que necesitará más que nunca el impulso de las bases para fortalecerse y vencer la tentación de algunos cargos públicos seducidos en su día por Muñoz que ya están llamando a las puertas del PP para volver.