[CARTAS] La bendita ‘newtralidad’ y los negacionistas… de la libertad de expresión
El pasado 25 de julio se presentaba en Madrid el colectivo Médicos por la Verdad, integrado por un nutrido grupo de profesionales sanitarios que, con valentíay arriesgando no solo su reputación, sino incluso su propio puesto de trabajo, decidían salir a la palestra para exponer su postura sobre cómo abordar la crisis del coronavirus y la covid-19.
Raudas y veloces saltaron a su yugular algunas de las llamadas agencias de verificación (manda webos), acusándolos de negacionistas: Las afirmaciones falsas sobre el coronavirus, el uso de las mascarillas y la vacuna de la gripe de la presentación de la asociación negacionista «Médicos por la verdad».
Juzguen ustedes mismos el «negacionismo» que este grupo de médicos, epidemiólogos, forenses, enfermeros, auxiliares hacen del coronavirus y la covid-19:
LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN, EL VERDADERO OBJETIVO. ¿Quiénes son, entonces, los verdaderos «negacionistas»… pero de la libertad de expresión?
¿Quién verifica a los «verificadores» de bulos/fake news? ¿Por qué se cierran los comentarios a una «noticia» cuando las opiniones de los usuarios son aplastantemente contrarias a la sesgada/manipulada idea que se pretende transmitir con ella? (Actualización: como podrán comprobar, la sección de comentarios de la noticia ha sido directamente eliminada, por lo que ya no solo no es posible añadir comentarios, sino que tampoco se pueden leer los ya existentes, los cuales, curiosamente, eran aplastantemente críticos con la idea que pretende transmitir la información).
A estas alturas… ¿sigue siendo la OMS la fuente oficial, pura y cristalina, a la hora de informar sobre el coronavirus?
La OMS admite que la industria farmacéutica influyó en sus guías sobre opioides y decide retirarlas
La OMS recibió 90 millones de dólares en donaciones de grandes farmacéuticas
Vinculan a expertos de la OMS con farmacéuticas
La evidente incompetencia de nuestros gobernantes, amparándose en casi exclusivamente criterios políticos como guía de sus desproporcionadas, ilegales y antidemocráticas medidas para afrontar la crisis del coronavirus, conduce a una incómoda y perversa pregunta: toda esta constante exhibición de incompetencia, de intento por confundir y aterrorizar a la población, con la inestimable ayuda de los «grandes» medios… ¿es a propósito?
El solo planteamiento de dicha cuestión nos colgará por parte de no pocos el cartel de «conspiranoicos». Más allá de si la pregunta es procedente o es exagerada, tampoco son pocos los que durante el confinamiento han percibido (y todavía perciben) malas sensaciones, extrañas y negativas vibraciones, respecto a la que debería ser función primordial de sus gobernantes durante una crisis de este tipo: proteger lo mejor posible, apoyar, estar al lado de la ciudadanía. Por contra, la sensación ha sido de desprotección, soledad y alejamiento… a pesar de la propaganda e impostados discursos. Lejos de empatizar con la poblaciín, esta ha sido directamente despreciada.
DE «ESTAR EN GUERRA» A LA «NUEVA NORMALIDAD». Sensaciones y vibraciones extrañas que han dibujado en nuestras mentes panoramas no solo inciertos, sino impensables no hace mucho tiempo. ¿Cuál es el verdadero origen del término «Nueva Normalidad», que tan efusivamente se ha abrazado y promovido desde Gobierno español? ¿El empleo de frases como «estamos en guerra», también ampliamente difundido con insistencia durante el confinamiento, se corresponde realmente con una crisis de índole sanitaria?
¿Por qué la crisis del coronavirus está siendo televisada, escrita y radiada, minuto a minuto, como un partido de fútbol? «Minuto de juego y resultado: a punto de llegar al descanso, tenemos no sé cuantos contagiados, no sé cuantos fallecidos y no sé cuantos rebrotes. La cifra sigue subiendo y es muy posible que en la segunda parte se tenga que suspender el encuentro».
¿Por qué hasta aquí nunca antes se había televisado, o prestado la misma atención, a las miles de muertes que año tras año tienen su origen en una gripe «normal»? ¿Por qué ahora sí se televisa la nueva crisis vírica y se aterroriza a la población?
¿Por qué hasta aquí se decía habitualmente que una gripe «normal» había sido la desencadenante de que personas, bien por su edad o bien por padecer otras enfermedades, muriesen? Ahora, el discurso de los ‘grandes’ medios es que las personas se mueren DE coronavirus, resaltando de manera especial los casos de personas jóvenes y aparentemente sanas. De las miles de muertes, ¿cuántas las ha causado directamente el coronavirus en personas sanas y cuántas lo han sido al actuar el virus como factor que ha acelerado/agravado el estado de salud de quienes que ya padecÌan patologÌas previas? ¿Cómo averiguarlo si no se practican autopsias?
«PAN Y CIRCO» COMO DIETA POST-CONFINAMIENTO. ¿Por qué tanta urgencia por reabrir los bares o retomar el fútbol, televisivamente, antes que reabrir los colegios? ¿Pan y circo para adormecer a las airadas masas? Quítenle los signos de interrogación a la segunda pregunta.
¿Se está de verdad haciendo acopio de material sanitario como se dice?
Y, quizás, una de las preguntas más inquietantes y que, a buen seguro, está en el origen de la creación de Médicos por la Verdad: ¿Por qué durante el ilegal confinamiento al que se sometió a la población, el Gobierno español apenas contó (y sigue sin contar) con un gabinete de verdaderos expertos sanitarios, al que de forma permanente consultar, y en cuyas decisiones basar las medidas a adoptar?
¿Qué es lo que hemos tenido? Un gabinete de crisis integrado por políticos. ¿Dónde estaban los profesionales sanitarios «de verdad» en ese gabinete?
Da que pensar. Errar de forma permanente, alinearse en contra de la lógica, abusar del Estado de Derecho para no limitar ni restringir, sino directamente suprimir derechos y libertades… puede obedecer, o bien a la extremada incompetencia de un gobierno con ‘tics’ autoritarios… o bien a una estrategia con oscuros fines puesta en marcha por oscuros poderes, y que otros oscuros peones aquí están ejecutando.
No siendo buena ninguna de las dos, ojalá estemos en el terreno de juego de la reprobable y harto preocupante primera opción. En cualquier caso, más que esperar a ver en qué lado de la pista cae la pelota tras golpear en la cinta de la red como en un partido de tenis, somos nosotros, la sociedad, los que debemos estar vigilantes, organizados y debidamente preparados para luchar por nuestra libertad, nuestro más preciado tesoro, en caso de que unos pocos nos la quieran limitar, adulterar, redefinir… o directamente arrebatar.
«No es signo de buena salud el estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma», solÌa decir Jiddu Krishnamurti.
El amor, el altruismo, compartir conocimiento, se tornan valores esenciales, verdaderas armas con las que combatir por un mundo mejor, sin esperar nada a cambio. Una sonrisa, una mirada, un pequeño gesto, es suficiente recompensa. Esa es la mejor vacuna contra la realidad que unos pocos nos están imponiendo.
Por último, y sin pretender la adulación, sino la austera descripción de la realidad circundante, permita el lector finalizar con unas palabras de agradecimiento a este digital, uno de los escasos pero fundamentales bastiones del contrapoder que, todavía y afortunadamente, nos quedan en esta comarca, región, ínsula barataria, aldea o lo que sea.
Y ahora, sin más, me retiro al bosque a preparar mi próximo asalto, rodeado de paz y alejado de la mediocridad reinante.
El bandido Fendetestas
P.D.: Por si fuese de su interés, aquí tienen unos enlaces con diversos extractos de las intervenciones de algunos de los participantes (todos ellos profesionales sanitarios, no teóricos de la conspiración) durante la presentación de Médicos por la Verdad:
- Heiko Schôning
- María José Martínez Albarracín
- Natalia Prego Cancelo
- Ángel Ruiz-Valdepeñas
- Rafael Gazo
- Gastón Cornu-Labat
- Ramiro Salazar
- Chinda Brandolino