[REVISTA] Que las rondas de fabada no son buenas si cooperas al escrache
La que se ha liado en Asturias por culpa de la fabada con brócoli. “¿Qué mi madre ye esto? Es más, ¿qué mi madre ye el brócoli? ¿Un hippi? ¡Van llover hosties a dos manos!”, exclama un indignado defensor de la fabada con compango, la de toda la vida. ¿Qué es un brócoli? ¿Y un Gobierno de cooperación? ¿Será una especie de ingrediente vegano de la política?
Menos mal que aquí ya estábamos acostumbrados al cogobierno y no nos pilla por sorpresa. Pero a los de Madrid, que creen saberlo todo y nunca se enteran de nada, les ha hecho mucha gracia el hallazgo del Gobierno de cooperación (sea lo que sea eso). El caso es que Iglesias señala que la denominación de «Gobierno de cooperación» es lo de menos, e insiste en entrar en el Ejecutivo. Faltaría más.
Como nadie ha sido capaz de explicarlo, y menos Adriana Lastra, por ahí adelante se siguen preguntando ¿Qué es un Gobierno de cooperación? Les vamos a mandar a Pedro Muñoz a que se lo aclare, por si acaso no les basta con El ‘hit’ de El Intermedio para explicar en qué consiste el «Gobierno de cooperación» que pide el PSOE. En cambio, es muy fácil de entender que PP y Cs pactan con la extrema derecha para controlar las asambleas de Madrid y Murcia. Sin complejos.
Si se les ocurre remitir sus quejas a la ejecutiva federal, como al parecer amenazaban, en Ferraz se van a partir la caja
Parece que también en Castilla y León está más cerca el acuerdo, en este caso sin necesidad de recurrir a Vox, después de que se haya confirmado que PP y Cs sacan del pacto regional el veto a la limitación de mandatos en el ámbito local. Para Martínez Carrión, que prefiere los Experimentos con cava, es pan para hoy y hambre para mañana. «Si al final se impone por imperativo legal el pacto Ciudadanos y PP en Castilla y León, el acuerdo no durará mucho. No se ha llegado a un acuerdo aún y ya huele a moción de censura en un futuro cercano», augura.
Buenas noticias para el PSOE berciano. En sus filas no hay desencantados. Y si existieran son invisibles, que siempre dan menos problemas. La conjura de los ‘socialistas’ necios se quedó en agua de borrajas. Nadie apareció ayer tarde en el escrache de General Vives, donde aguardaban cinco periodistas ávidos de conocer tamaño fenómeno: afiliados críticos cuando su partido ha ganado las elecciones en la comarca (o lo que sea) y está a punto de sentar en la silla de alcalde de su capital al primer socialista desde los tiempos de Celso López Gavela (Folgueral solo lo fue unas horas, si es que alguna vez lo ha sido). Si se les ocurre remitir sus quejas a la ejecutiva federal, como al parecer amenazaban, en Ferraz se van a partir la caja.
IU apoyará la investidura del PSOE en Cacabelos, pero solo pactará gobierno si se incluye a SxC, y también lo hará (votar a favor de Junior Rodríguez en el pleno del sábado) la agrupación de electores creada por el entorno del alcalde saliente, Sergio Álvarez, como ayer les adelantábamos aquí. El futuro regidor puede tener la tentación de gobernar en minoría, pero vista la unidad de acción de IU y SxC muy pronto se dará cuenta de que solo le quedan dos caminos: negociar un gobierno estable, aunque sea de cooperación, con esos dos grupos o apoyarse en el PP. ¿Quién le va a aprobar su sueldo en el pleno de organización? Porque imaginamos que querrá cobrar un sueldo…