[ZASCAS] Cada uno en su casa y el concejal Cartón en la de todos
El Ayuntamiento de Ponferrada, contagiado por la errática gestión de la crisis sanitaria de sus mayores, ahonda en el alarmismo y perjudica gravemente al sector hostelero.
El concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Ponferrada, José Antonio Cartón, se ha descolgado con unas declaraciones en las que recomienda que este año no se celebren cenas familiares ni banquetes durante los días de la Encina. «Celebremos las fiestas cada uno en nuestras casas», pide este figura.
En todo el Bierzo, que comprende once zonas básicas de salud, hay ahora mismo apenas 80 casos activos de covid-19 confirmados por PCR. En el Hospital del Bierzo permanecen ingresadas tres personas, ninguna de ellas en la UCI. Pero a despecho de la realidad, desde el equipo de Gobierno ponferradino prefieren actuar a favor de la corriente y engordar todavía más la histeria covidiana.
Las imprudentes declaraciones del concejal Cartón ya se han traducido en anulaciones de comidas o cenas en varios restaurantes de la ciudad, a los que previamente se había obligado a realizar cuantiosas inversiones en distintas medidas para aplicar los protocolos contra el virus. Y este es el pago que reciben los empresarios con los que ni siquiera se tuvo el detalle de aligerarles la carga impositiva por los meses que se vieron obligados a permanecer cerrados a causa del desproporcionado estado de alarma.
Los que –abducidos por la paranoia que flota en el ambiente, inducida por las autoridades y los medios de comunicación– aplauden o callan ante este tipo de recomendaciones u otras medidas que se vienen aplicando en esta espiral de control desmesurado desde las instituciones no se dan cuenta de que, a este paso, pronto les alcanzará la ruina. Tanto a los pequeños empresarios y comerciantes como a sus trabajadores. Pero entonces será tarde.
En el colmo del intervencionismo, el concejal Cartón incluso se permite decirnos lo que hemos de hacer con nuestras vidas y nuestras familias, como si no fuésemos los primeros interesados en su salud. Lo dice un miembro del equipo de Gobierno que primero anunció a bombo y platillo la suspensión de las fiestas de la Encina para después ir programando aquí y allá actividades en las que se reúnen bastantes más asistentes que en cualquier celebración familiar. A incongruencia y palos de ciego no hay quien les gane.