[CARTAS] El decrecimiento y la parte incómoda, como poco, de esta teoría (I)
El otro día con gran atrevimiento venía a elucubrar que es posible que los políticos la izquierda se hayan convertido en una versión moderna de ese catequista (bueno, para los laicos profe de ética, venga), que nos explica que no debemos de ser racistas, machistas, homófobos y no se cuantas cosas más, que nos duchemos todos los días aunque sea con agua fría en pleno invierno porque no tienes para la bombona de butano y que vayamos asumiendo que nuestro destino, el de la clase obrera, no el de ellos, es ser una mierda, pero una mierda con valores eh, y que se esfuerza por salir de esa mierda, que somos unos mierdas, otra vez, ah, y que les votemos, bueno, por lo menos no nos dicen que la recompensa vendrá en la otra vida. La verdad es que soy muy atrevido, ya saben que esto no es así en su totalidad, pero algo de verdad, bastante, sí.
Hoy querría hablarles del decrecimiento y la ecología, lo primero que quiero decir es que es verdad que hay un cambio climático en marcha y que estamos envenenando el planeta y a nosotros, y encima muchas veces nos venden como renovables cosas que no son, dicho esto por lo visto ahora estamos en una crisis energética sin precedentes, la civilización se va a hundir y con ello la especie humana, a mi hay una película que me mola mucho es Willow, bueno, y la Princesa Prometida, me recuerdan mi infancia, están ambientadas en ese mundo que empieza a salir del medievo, lleno de superstición y magia, las «fake news» de la época me imagino, esa Europa que estaba saliendo de la oscuridad sufría una crisis energética bastante más feroz que la del petróleo de los años 70, no solo el arte, la literatura, la arquitectura y las demás ramas del conocimiento estaban sufriendo una revolución, también la agricultura que con su expansión agotaba su principal fuente de energía, la leña, pero no solo los agricultores arrasaban los bosques para ampliar sus cultivos, tierras de cultivo nuevas que a su vez alimentaban a una población más extensa que a su vez necesitaba más leña para quemar, construir edificios e incluso barcos, porque les había empezado a dar por navegar y ver que había más allá y esas cosas, pero no solo eso, es que además las nuevas industrias también diezmaban los bosques porque les dio por fabricar vidrio, tintes, cerveza, cal, ladrillos, cosas que oye, mejoraban las condiciones de vida, sobre todo la cerveza, y ya la guinda del pastel, las fundiciones de hierro, que para producir 9 kilos del preciado metal requerían una tonelada de leña, vamos, que para funcionar una sola herrería se necesitaba mil kilómetros cuadrados de bosque, toma ya, como me gusta llamar la atención, eh, pero comprobar esto solo tienen que mirar a las montañas que se ven desde sus ventanas de la muy noble y cosmopolita Ponferrada, o preguntarles a sus abuelos, sí, aquí la edad media duró algo más, que les contarán como cultivaban los montes ahora llenos de escobas, o sino pueden visitar la herrería de Compludo como vestigio de una industria muy extendida por toda la comarca, ya ven, su legado son esos montes de escobas.
Pues en esas estaban, y en Inglaterra que iban un poco más avanzados en estas cosas peor, sufrían episodios de escasez de leña en los que cerraban las fundiciones y se prohibía la tala de los bosques de la corona, esto ahora abriría unos cuantos informativos, como poco, por «suerte» llego la peste y se llevo a un tercio de la población y los bosques aprovecharon esa temporada para crecer, pero nada, nos dio por volver a crecer, que el cercamiento de los campos, que más cerveza y venga a progresar, vamos, que nos volvimos a cepillar los bosques, entonces la ministra de la época empezó a decir que la alternativa era el carbón, al principio sin mucho éxito, porque era caro, sucio y los «aparatos» estaban diseñados para la leña, los panaderos como que decían que no les gustaba, que le daba un regusto al pan que quita para allá, tampoco se podía utilizar en las herrerías, pero poco a poco con sucesivos planes de transición justa y proyectos como carbonizando Europa objetivo 40 y demás la gente fue tragando, además, en Inglaterra había mucho carbón así que como todo empezó a funcionar con carbón y era abundante este se abarató, además, al quemar liberaba cinco veces más energía y su mayor densidad hacía que fuera más económico ya requería menos esfuerzo extraer un kilo de carbón que un kilo de leña, ya ves, lo de las plumas y el plomo pues para algunas cosas como que no, esa mayor densidad hacía que fuera más barato de transportar a grandes distancias y de almacenar, encima no había que ir talando un bosque o recogiendo leña aquí y allá, estaba todo en un filón, bien concentrado, vamos, que en poco tiempo se cepillaron todo el carbón superficial y sucio, el lignito, y empezaron a excavar más hondo tropezándose con la antracita, que encima era más limpia y encima van y descubren un carbón sin azufre, el coque, que pueden usar para fundir hierro, la repera, cuanto más carbón quemaban más carbón consumían y el hierro nunca fue tan barato, así que lo empezaban a usar para fabricar máquinas de vapor para los telares, las prensas, locomotoras que llevaban a gente, mercancías y más carbón, y venga a producir más tejidos, más alimentos, más cerveza…pero todo esto estuvo a punto de irse al carajo, en un punto espacio temporal dentro de ese rápido proceso de industrialización ya se habían cepillado toda la leña y dependen por completo del carbón que impulsa las fábricas y las fundiciones de hierro que surgen como setas por todos lados cual cavernas de Morlocks, es el carbón el que calienta las casas y alimenta las cocinas donde preparan la comida los ingleses, pero resulta que ya no se extrae más carbón del subsuelo, se ha agotado la mayor parte del carbón superficial y al excavar más hondo los pozos se inundan, ponen norias tiradas por animales pero es un rotundo fracaso, una mina tras otra va cerrando, algunos empiezan a decir que hay que decrecer, bueno, están en un pulpito y lo llaman de otra manera pero para el caso es lo mismo (esto me lo he inventado), nada, que el fin de la civilización se acerca y esas cosas, arrepentíos, arrepentíos, la verdad que la cosa pinta mal y parece que tienen razón, llega la primavera del 1712 y en el condado de Staffordshire anda un tipo de 49 años, con sus canitas y sus kilitos dentro de un edificio en el mayor yacimiento de carbón de Inglaterra dando vueltas alrededor de un chisme de hacia ladrillos y tuberías de hierro, el tío es herrero de profesión entre semana y predicador los domingos y quiere hacerse rico, lleva diez años perfeccionando su máquina para bombear agua de un pozo a varias decenas de metros de profundidad, ese día se va a probar, por fin, todo están expectantes, principalmente sus acreedores y sus detractores, grandes científicos y eruditos, esos también están expectantes, pero quien se cree este herrero me medio pelo con las pedazo de universidades que tiene Inglaterra, en realidad a nuestro predicador lo que le acojona son las deudas, tiene controlados de reojo a los acreedores por si tiene que salir por piernas otra vez, le dice a su ayudante que eche más carbón al horno debajo de la caldera de ladrillo ¡más madera!, perdón, ¡más carbón!, nuestro predicador abre una válvula y el vapor de la caldera fluye ,hacia un cilindro donde hay un pistón que empieza a subir y bajar y mueve una viga que sube y baja una cadena, nada, no pasa nada, puñetero embaucador, pero…al cabo de unos minutos empieza a salir por una tubería un líquido negruzco, ¡la mina se está drenando! Thomas Newcomen acababa de salvar la revolución industrial. Después vendría Malthus a decir que íbamos a sufrir una catástrofe que cada vez éramos más y todo ese progreso sería neutralizado y al final se hundiría todo, pero nada, el mundo siguió avanzando y….. me estoy dando cuenta de que me he alargado un montón ¿alguien habrá llegado hasta aquí? Pues como no lo sé y de lo que quiero hablar es del decrecimiento y que lo lea alguien aparte de mí, mejor se lo cuento en una segunda entrega, ale, en plan folletín, eso sí, espero que haya quedado claro que el mundo ya ha estado a punto de irse al carajo otras veces, que siempre sale gente que con toda la buena intención del mundo nos quiere salvar, el cuerpo o el alma, depende, y al final que no, que no se va, también espero que sean conscientes de que la Tierra algún día dejará de existir.
Un saludo y hasta la segunda parte donde dejaré alguna bibliografía que he fusilado para escribir estas dos hojas parroquiales, o no, tengo que pensarlo.
Juan de la Cierva