[CARTAS] El decrecimiento y la parte incómoda, como poco, de esta teoría (II)
A ver si soy capaz de escribir la hoja parroquial sin meter la pata en algún párrafo, si no es así espero que lo aprovechen para hacer chanza y escarnio como si del mismo Tarsicio se tratara.
El otro día intenté escribir algo sobre el decrecimiento pero al final me fui por las cerros de Úbeda, de Úbeda eh, qué bonita expresión, me encanta, y terminé contándoles como esas cosas de que la civilización peca de ambiciosa y se encamina al desastre ya ha pasado otras veces, unas cuantas la verdad.
No se por donde empezar, veamos, no sé si están al tanto de que hace unos meses Michael Moore produjo «Planet of the Humans», está en Youtube en español y es un documental en el dice unas cuantas verdades del barquero, como que la biomasa es una excelente coartada para seguir haciendo lo que se hacía con el carbón pero de manera más perniciosa, por poner solo un ejemplo, recomiendo encarecidamente verlo, en el nos viene a decir que a lo mejor lo que tenemos que hacer es reducir nuestro consumo de energía y hacerlo de otra manera, pero, y aquí viene la parte que hay que tomar con cierta distancia, en un momento dado nos empieza a hablar de algo que está implícito en todo el discurso del decrecimiento y que ha inspirado a dos corrientes, una más influyente que otra, la que enlaza con el ecologismo y que vemos en el documental, y otra que se cuida mucho de no expresar abiertamente sus ideas, bien, volvamos al documental, en el nos dice que estamos llevando al mundo a un punto de inflexión, el planeta tienes unas limitaciones y ya no da más de sí, la economía también lo dice, los recursos son finitos, añadiría yo, hasta que alguien descubre algo y vuelve algo que era vital en una cosa secundaria, un ejemplo, la fibra óptica mandando al olvido al cable de cobre, perdón, que vuelvo a desparramar, pues en el documental nos dicen, con gran parte de razón, que hemos llegado al límite del planeta, es más, que es muy probable que lo hayamos superado hace tiempo y ahora estamos intentando una huida hacia adelante con la revolución verde para preservar nuestro modo de vida, no para salvar un planeta que está extenuado, no hay más, hemos alcanzado el pico máximo en la explotación de los recursos marítimos, en la extensión de las tierras agrícolas, el la explotación de los ríos, estamos secando los acuíferos…hasta que en el minuto 39, casi el 40 dicen, me encanta la honestidad del documental, por fin, que es lo que anda pululando detrás de estas ideas, que no es solo como gestionamos los recursos sino que hay demasiados seres humanos, por cierto, de esto en España los decrecentistas no suelen hablar, pero no es un problema de ellos, es algo que se ha ido soslayando en el debate y si te quedas en lo superficial es difícil que esto lo conozcas, alguno se puede sorprender leyendo esto hoy y lo primero será la fase de negación, tranquilos, no os enfadéis, bueno, pues vienen ha decir que hay demasiados seres humanos utilizando demasiado a demasiada velocidad, claro, esto tiene cierto sentido, si los recursos son limitados, debemos de consumir menos y frenar la expansión demográfica, pensad que hace hace 50 años éramos 3.500 millones y ya se consumía demasiado, ahora somos 7.500, pues bien, aunque consumiéramos la mitad de recursos que los habitantes de la tierra de 1970 estaríamos realizando un consumo equivalente al de los habitantes que había en la tierra en 1970, que segun Ehrlich ya era excesivo. Bien y aquí empiezan las paradojas del documental es que se hace un ataque, desde mi punto de vista totalmente justificado al Club Sierra, el Club Sierra una de las organizaciones medioambientales con mayor peso del mundo y como digo lo gracioso es que los mismos expertos que salen en el documental hablando de reducción de la población, que son los mismos que nos han ido contando a lo largo de todo el documental que estamos llevando al planeta a sus límites están basándose en las ideas de Paul R. Ehrlich, que en 1968 publicó «The Population Bomb» uno de los libros más influyentes del siglo XX, Paul. R. Ehrlich, que es un entomólogo, había publicado artículos y dado una serie de conferencias en las que hablaba del problema medioambiental que se cernía sobre la humanidad y de la bomba demográfica lo que despertó la curiosidad de David Brower el cual se puso en contacto con él y le animó a desarrollar estas teorías que culminaron en la publicación del citado libro, pues bien, David Bromer era en su momento el director ejecutivo del Club Sierra, organización que apoyo y auspicio la publicación del citado libro, esa misma organización que se denosta a lo largo de todo el documental, fue el Club Sierra el que impulsa las ideas que se exponen en el documental, la verdad que es paradójico y gracioso, a que sí, y me da que Moore esto ni lo sabía ni lo sabe, pero bueno, ya les dije que generó dos corrientes de pensamiento, que coinciden en casi todo, las dos tienen la misma idea de fondo, somos demasiados, por cierto, no se piensen que Paul R. Ehrlich es alguien del pasado, recibe constantemente premios, en España le han dado no hace muchos años el más importante después del Princesa de Asturias, el Fron teras del Conocimiento, que es una pasta gansa, lo de las dos corrientes de pensamiento, como les dije.
Bien, vamos a ver que nos decía Ehrlich allá por 1968 «La batalla para alimentar a toda la humanidad ha terminado. En la década de 1970, cientos de millones de personas morirán de hambre a pesar de los programas de choque emprendidos ahora. En este momento nada puede evitar un aumento sustancial en la tasa de mortalidad mundial …» como ven eso no se cumplió, por suerte para nosotros, es más, si en 1970, cuando se tenía que producir la catástrofe, éramos unos 3.600 millones de humanos, hoy somos unos 7.500 millones, vamos, 4.000 millones de personas más y no hay más hambre, al revés, hay menos, pero no se crean que perdió prestigio o fama, al revés, y en 1970 con motivo del primer Día de la Tierra dijo que «en diez años toda la vida animal importante en el mar se extinguirá. Grandes áreas de costa tendrán que ser evacuadas debido al hedor de los peces muertos» tampoco se cumplió pero no pasó nada y para 1971 dijo que «para el año 2000 el Reino unido será simplemente un pequeño grupo de islas empobrecidas, habitadas por unos 70 millones de personas hambrientas» estamos en 2020 y oye, que tampoco, pero da igual, las ideas de Ehrlich siguen más vivas que nunca, aunque ahora se cuida mucho de hablar de superpoblación, ya no es políticamente correcto, ahora dice que la destrucción del medio ambiente mundial que es claramente visible en el calentamiento global (eso es verdad), la sobrepesca (otra vez), la perdida de diversidad y la destrucción de todos y cada uno de los ecosistemas (creo que les conté el otro día como los europeos nos cepillamos toda Europa en cinco siglos, esto que tenemos ahora es un paisaje creado por nosotros, monte bajo, prados, tierras de cultivo, bosques de castaños, de madera para cortar tipo las landas, etc ), la contaminación química y el cambio climático nos llevarán a la catástrofe y todo eso es producido por el ser humano que debe de reducir su huella, pero claro, esto lleva implícito el control poblacional, lo hemos visto en el documental y en lo que leerán más adelante, ya que de poco sirve que reduzcamos la huella de cada uno en un 50%, por decir algo, si dentro de 50 años volvemos a ser el doble, estaríamos en el mismo punto que hoy y esto nos llevará a la caída de la civilización, guerras por los recursos naturales, acelerar aún más el cambio climático y el hambre y la destrucción, esto es algo que en el documental dicen explícitamente y la corriente con verdadero peso, no la del documental, los del Club Sierra, piensan.
Creo que no hace falta hablar más de este señor, Ehrlich, muy premiado, cualquier día le dan el Nobel, y oh sorpresa, mencionado una y otra vez por faros del decrecentismo de habla hispana como es Jorge Riechmann, el otro día salió en La 2 en el programa que Crónicas dedicaba al cambio climático titulado «Antropoceno, nuestro legado en las rocas», recomiendo encarecidamente su visión (aunque lo de que la ria de Bilbao no tiene un palmo que no sea transformado por el hombre estando en Europa, donde el paisaje es una construcción puramente humana, como ya he repetido varias veces, tiene coña) pues bien Riechmann acepta casi todo el discurso menos el de la explosión demográfica, bueno, no es que no lo acepte, no lo acepta en la forma que lo expresa Ehrlich como verán un poco más adelante, la cosa es reducir el impacto, nos habla de una revolución de la eficiencia y que en vez de comer carne comamos cereales, esto es un ejemplo, discúlpenme la imprecisión pero es que no soy un lector de Riechmann aunque, y aquí la aceptación de otra manera termina diciendo al tocar el tema «En mi opinión, el crecimiento excesivo de la población es un gravísimo problema que afecta a las posibilidades de vida digna (si no de supervivencia) de esa misma población –por no hablar del resto de los trillones de seres vivos con los que compartimos la biosfera. Esto puede analizarse observando a un gran contradictor de los Ehrlich, el pensador y activista ecosocialista Barry Commoner. Intervino en la controversia con su libro The Closing Circle (1971), relativizando el papel de la población en la degradación ambiental y la crisis de recursos y señalando hacia el verdadero culpable: el modo de producción capitalista»…»en el debate histórico entre los Ehrlich y Commoner, ¿toda la razón quedaría entonces del lado del segundo, quien minimiza la relevancia del factor demográfico para la crisis ecológica? ¿Se puede tildar a quienes abogan por el control demográfico de “neomaltusianos” y pasar a otra cosa? En modo alguno.»…»rechazar de plano el maltusianismo (insisto: en el sentido de la necesidad de un autocontrol consciente de la población humana) implica (a) asumir una posición antropocéntrica fuerte, con sus tesis de dominio sobre la naturaleza y (b) no asumir verdaderamente la existencia de límites biofísicos al crecimiento. Las propuestas emancipatorias para el siglo XXI no pueden situarse en esa posición. «La humanidad es la primera especie en la Tierra con capacidad intelectual para limitar de forma consciente el tamaño de su población y vivir en un dinámico equilibrio perdurable con las demás formas de vida. Los seres humanos pueden percibir la diversidad de sus entornos y cuidarlos. Nuestra herencia biológica nos capacita para deleitarnos en esa intrincada diversidad vital»»….pues ustedes mismos saquen sus propias conclusiones, pero está meridianamente claro que detrás del decrecimiento va implícito, de una manera más «benigna» o más «radical» como la de Ehrlich, un control de la población.
Ah, por si no había quedado claro para mi Ehrlich es un charlatán que simplemente hace predicciones lineales sin ninguna base ni criterio científico, no ha acertado ni una sola de las cosas que explica, según él hace unos 20 años que el mundo se tendría que haber acabado y lo que hace es lo mismo que los líderes de las sectas que predicen el fin del mundo, cuando ven que no se produce lo que dice, que la realidad le quita la razón una y otra vez retrasa la fecha de la catástrofe, pero saben que es lo peor, que no solo lo creen los del documental producido por Moore o Riechmann, sino los que gestionan el mundo, y aquí viene el problema, si hay que controlar a la población, ¿Quién decide quien tiene descendencia y quien no? porque en último término controlar la población es eso, que yo pueda tener o no descendencia, y eso es aterrador, porque a lo mejor alguien decide que yo no puedo tener descendencia, o tú, sorprendido lector. A lo mejor deciden que los pobres del mundo desarrollado no pueden tener hijos, o que hay que esterilizar a una parte de los habitantes, o crear un mundo que dificulte la reproducción, que uno de los objetivos sean que tenga un hijo o ninguno y a lo mejor hasta piensas que ha sido elección tuya, incluso esa adoración actual a los niños por parte de los padres y abuelos tiene algo de siniestro porque es como si supieran que es un «tesoro» casi un milagro que hayan podido tener descendencia, se puede incluso utilizar a tontos útiles para apuntalar ideas que ayuden al control poblacional, vamos, a que suena peligroso, siniestro y aterrador. Por último, a que en ninguno de los horribles escenarios que se te pueden ocurrir a partir de estas ideas aparecen ricos sin descendencia, no hablo de los tontos del bote de Ponferrada que se creen especiales y no son más que un cero a la izquierda, un apunte, es notable cómo las tasas de natalidad se han reducido en los países desarrollados desde los años 70..bueno, dejémonos de teorías conspiranoicas.
Pero hay algo que no casa ¿Saben porque hemos pasado de unos 3.500 millones cuando empezaron a circular estas teorías a los 7.500 millones actuales y el mundo no se ha acabado? por el desarrollo y la civilización, por eso Malthus se equivocó (aunque este era mucho más inteligente y sí se han dado tijeras malthusianas en diversos países y contextos económicos).
Bueno, como digo, hay que tener cuidado, y es verdad eso de que el camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones, o alguien piensa que la gente que habla en el documental de Moore no es gente buena, yo estoy convencido de que lo son.
Dicho todo esto, hay que luchar contra el cambio climático y también hay que buscar una alternativa a nivel mundial a los fosfatos del Sahara Occidental antes de que la agricultura corra riesgo de colapsar, y eso sí que es posible aunque no lo diga Ehrlich, y que no aprovechen a vendernos tecnologías como la biomasa, bastante peores que el carbón, carbón que también tiene que tocar a su fin ya que la captura no ha dado resultado, aunque díselo a China, que no tiene apenas reservas de petróleo con las que impulsar su industria pero es uno de los países con mayores reservas de carbón, ojalá por lo menos almacenaran el CO2. Pero cuidado con abrazar sin espíritu crítico ideas que detrás llevan cosas como el control poblacional, explícito, como sucedió en algunos países asiáticos, o implícito, como es posible que suceda en otras regiones del mundo.
Como comenté el otro día, la tierra algún día dejará de existir y como dijo Konstantin Tsiolkovshi «la Tierra es la cuna de la humanidad, pero no se puede vivir en una cuna para siempre» toma frase rimbombante para acabar jajajajaja, les prometo que la próxima vez que escriba volveré a mi tono bromista y desenfadado habitual y a hablar de nuestros super listos próceres que nos rigen y guían nuestros destinos a ninguna parte, hoy la verdad que he estado muy espeso y conspiranoico, un Iker Jiménez de la vida, jajajaja.
Me he vuelto a extender un montonazo, hasta la próxima hoja parroquial.
Juan de la Cierva