Roselis Silva regresa a Baloncesto Bembibre para aportar experiencia y liderazgo
La marcha del equipo tras encadenar siete derrotas seguidas ha obligado a la dirección deportiva de Club Baloncesto Bembibre a buscar soluciones.
El club del Bierzo Alto se ha hecho con los servicios de la base venezolana de 166 centímetros de estatura Roselis Silva, que regresa a la entidad rojilla después de militar la pasada campaña en el Campus Promete y quedarse sin equipo al inicio del presente curso al frustrarse por problemas burocráticos su fichaje el pasado verano por Zamora.
Nacida hace 29 años en la capital de Venezuela, Caracas, Silva, que firma hasta la conclusión de la presente temporada y podría debutar el jueves ante Alter Enersun Al-Qázeres, cumplirá su sexta campaña en la Liga Femenina Endesa y lo hará jugando, como en la 2018-2019, en El Bierzo. Ya entonces lo hizo a las órdenes de Pepe Vázquez, y ahora regresa a la villa del Boeza para confirmar su calidad. No en vano, en su primera temporada en el conjunto bembibrense fue la jugadora con mejor valoración del mismo y fue la que más robos firmó de la competición. Asimismo, estuvo en cuatro ocasiones en los quintetos ideales.
Internacional absoluta, completó su formación deportiva en Estados Unidos con Arkansas Tech, donde disputó la NCAA II entre 2010 y 2013. Antes jugó en Nuevo México (2008) y Cisco College (2009). Después de esta etapa, volvió a su país para jugar en el Anzoátegui. En 2015 debutó en la máxima competición española con un recién ascendido como Añares Rioja, donde se convirtió en una de las sensaciones del campeonato. Posteriormente estuvo dos temporadas en Araski antes de llegar al Bierzo Alto con un paso intermedio, en 2017, por el Sol de América de Paraguay.
El pasado curso, en Campus Promete, Silva volvió a ser uno de las referentes del equipo. Líder de la Liga Femenina Endesa en balones recuperados, secundó a Leia Dongue como una de las mejores del equipo –firmó 11,9 créditos de promedio de valoración– dirigido por Jacinto Carbajal, primero, y Julián Martínez, después. Volvió a estar entre las destacadas en diferentes jornadas y volvió a ser una de las mejores asistentes. Destaca, además, su aparición entre las máximas reboteadoras de la competición –con una media de 5,5 por partido– a pesar de su corta estatura y de ser una directora de juego.