Emilio Silva reúne en un libro 20 años de reflexiones sobre la memoria histórica
Agujeros en el silencio: renglones de memoria contra la impunidad del franquismo 2000-2020 es una recopilación de textos del activista de la memoria histórica Emilio Silva, nieto de la primera víctima identificada genéticamente tras ser exhumada de una fosa común.
El libro, cuyo título nace de una frase que pronunció el autor en octubre del año 2000 junto a la fosa en la que estaba siendo exhumado su abuelo, atraviesa, analiza y desvela los caminos por los que ha recorrido el debate acerca de la memoria histórica en nuestra sociedad en las últimas dos décadas.
Prologado por un texto del autor, que contextualiza en profundidad el significado de esos Agujeros en el silencio, el libro no se aclara como los paseados por la violencia franquista pasaron a denominarse desaparecidos, cómo cambió la mirada hacia el Valle de los Caídos con la primera exhumación científica de una fosa de asesinados del franquismo o teoriza sobre el hecho de que todos seamos por afirmación o por negación, de alguna manera, franquismo sociológico.
Son textos recopilados de artículos publicados en diversos medios de comunicación, de su participación en diversas publicaciones y que con la conmemoración del 20 aniversario de la primera exhumación científica de una fosa en la que se encontraban los restos de su abuelo, tratan de explicar qué es esto de la memoria histórica, qué queda de franquismo en nuestro presente, qué debe hacer la sociedad frente a ese pasado traumático y cuáles son las políticas de memoria que tienen que garantizar los derechos para las víctimas de la dictadura.
Emilio Silva Barrera ha publicado Las fosas de Franco: crónica de un desagravio (2005); Los tres cerditos (2015), una versión del cuento tradicional adaptada a la lucha contra los desahucios; y además ha coeditado diversas publicaciones como La memoria de los olvidados (2004) o Políticas de memoria y construcción de ciudadanía (2015).
El título del libro procede de una frase citada por el autor, a los pies de la fosa de Priaranza del Bierzo, la primera exhumada científicamente, antes de saber o imaginar que a partir de allí se pondría en marcha el movimiento de la memoria que ha abierto un gran debate social y político en los últimos veinte años.
Frente a una cámara de vídeo, apoyado en un árbol: «Parece que nos proyectamos sobre Argentina y Chile y debajo de nuestras cunetas, en huertos por toda España hay miles de personas y yo he tenido la suerte, entre comillas, de encontrar un dato para localizar a mi abuelo…. Se están abriendo agujeros en el silencio, que es un poco de lo que se trata, que este agujero que se ha hecho aquí empieza a agujerear ese silencio y empiecen a llegar sonidos de los que pasó en esos años en España y que esta historia no sea una historia oculta, sino que esté acompañando al resto de las historias, con los mismos derechos y la misma difusión que tienen”.
Dentro de esos agujeros se encuentran muchas de las explicaciones para entender la realidad política, social y cultural de nuestro presente.