La falta de un plan de rescate provocará el cierre de negocios
«¿Qué parte de ayudas directas ya no ha entendido en la administración? ¿Qué es necesario en esta comunidad para que se tomen medidas? ¿O acaso creen nuestros mandatarios que los ánimos no están suficientemente caldeados?», claman hosteleros, propietarios de gimnasios y taxistas. «Estamos reivindicando nuestras necesidades de forma impecable, pero no se nos está escuchando y no solo eso, se nos ningunea», se quejan.
«¿En qué momento se han cambiado las tornas y resulta que somos nosotros los que tenemos que redactarles a ellos un plan de rescate pormenorizado? ¿No es suficiente con ver y recordarles cada vez que hablamos, cómo les están adelantando en todas las demás comunidades? En definitiva, ¿no se les cae la cara de vergüenza al salir diciendo, en un alarde de responsabilidad tardía, que no tienen pensado abrir los negocios porque hay muchos casos y no han trazado todavía un plan de rescate?», apostillan.
A la hora de reabrir sus puertas, los hosteleros se preguntan si «cree el señor Igea que las migajas son suficientes», y le preguntan si se sentará con el presidente Mañueco «a comer en una terraza el 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes». Creen conocer la respuesta: «Ni de broma, porque en esas fechas resulta que en Valladolid hace fresquito…».
En su opinión, si negocios se han de cerrar por responsabilidad, cuando se abran ha de ser para poder trabajar sin más restricciones y con el horario de funcionamiento que tenían antes del toque de queda, «ya que ha quedado sobradamente demostrado que en esas condiciones, el problema no está en nuestros negocios».
Los hosteleros consideran necesario diseñar un plan de seguridad de cara a la reapertura diferente a la desescalada por fases aplicada tras el primer estado de alarma y que «ya se vio que no funciona». Y sugieren medidas como los test de detección temprana en los negocios para crear espacios seguros, los test PCR sean de uso público o los cribados a determinados sectores de la población. «Estamos convencidos de que la totalidad de las personas que son asintomáticas, guardarían cuarentena si pudieran saber por si mismos cual es su estado», apuntan.