[CARTAS] Sobre Tascones y Ramones
Tras la resaca que ha dejado el 25N, todavía percibo en mis entrañas los sabores a rancio y misoginia. Es curioso que, en una ciudad donde nos conocemos todas y todos, singulares hombres de bien no hayan encontrado la manera de contrastar informaciones con quienes sustentamos la lucha feminista (las que estamos de verdad y no para la foto) antes de escupir sapos y culebras que sólo vienen a confundir, todavía más, a una sociedad aún profundamente aletargada bajo la influencia del machismo.
Y lo que es peor: no sé siquiera cómo estos distinguidos señoros han osado atreverse a cuestionar, entre insinuaciones y falacias, cómo de oportuno es el camino elegido por quienes no dejamos de recorrerlo a corazón abierto frente a los obstáculos que el patriarcado nos coloca a cada paso.
Les diré algo: no tienen derecho. Si desde su barrera de poder y privilegio son ustedes incapaces de entender que el feminismo es mucho más que la unión entre mujeres, quizás a lo que deberían dedicarse, por ahora, es a escuchar.
Como feministas, tenemos la obligación de denunciar lo que no lo es. De señalar las conductas individualistas, antidemocráticas y partidistas que sustentan justo eso que tratamos de hacer caer. De no secundar a quienes convirtieron la protesta del 8M en una fiesta indigna y patriarcal y eligieron recientemente desoír a una víctima que nos pedía tiempo. Porque no se trata sólo de caminar juntas, sino de compartir el camino correcto. Y quienes se aparten de la senda que nos lleva a liberarnos, por muy incapaces que sean ustedes de comprenderlo, no van a impedir que nosotras continuemos exactamente por donde íbamos.
Si insinúan ustedes que es mejor opción esconderse entre el barullo del tumulto que mantenerse firme en minoría, si les parece más importante sonar más alto que decir la verdad, si creen que es preferible tener más fuerza que conservar la dignidad, entonces es que verdaderamente no han entendido nada.
No se atrevan a creer que por haberse construido este mundo nuestro exclusivamente a su medida tienen derecho alguno a aleccionarnos en nuestra propia lucha. No se les ocurra obviar nuestra capacidad crítica y resolutiva ni poner en tela de juicio nuestra coherencia. Abandonen cinismos y paternalismos, ajústense la perspectiva y dejen de pensar que ha lugar a que nos juzguen como a idiotas.
Sí: hay división. Algunas nos hemos plantado. Y lo hemos hecho por el bien común. Porque no hemos venido a hacer amigas: hemos venido a salvarnos. A todas. Entre otros, de ustedes.
Feminista Berciana