[TRIBUNA] Ponferrada contra la pena de muerte
AMNISTÍA INTERNACIONAL CASTILLA Y LEÓN | El día 30 de noviembre se conmemora la 18a edición de la Jornada Ciudades por la Vida en recuerdo de la primera abolición de la pena de muerte en el Gran Ducado de Toscana (Italia) en 1786, una fecha que Amnistía Internacional aprovecha para denunciar a los países que continúan matando en nombre de la justicia.
Una iniciativa internacional impulsada por la Comunidad de Sant’Egidio en la que participa Amnistía Internacional y a la que se suma el Ayuntamiento de Ponferrada, quien se adhirió a Ciudades por la Vida el año pasado aprobando en pleno la declaración. Este año colgará una lona contra la pena de muerte en el balcón del ayuntamiento.
Este año participarán en la Jornada más de 2.300 ciudades de todo el mundo, desde Roma a Johannesburgo. En España, son más de 80 las ciudades inscritas a esta iniciativa y, más de 30, como Bilbao, Cáceres o Palma de Mallorca, las que llevarán a cabo actos como la iluminación de edificios emblemáticos y/o colgando pancartas reivindicativas. Una reivindicación que también tendrá lugar en Castilla y León con acciones de rechazo contra la pena capital que se van a desarrollar en localidades como Béjar, Benavente, Burgos, El Barco de Ávila, Ledesma, León, Salamanca, Segovia, Toro, Valladolid y Zamora.
Sólo 20 países fueron responsables de todas las ejecuciones conocidas que se llevaron a cabo durante 2019. China, Irán, Arabia Saudí, Irak o Egipto continúan liderando la terrorífica lista de los ejecutores. China sigue año tras año siendo el mayor ejecutor mundial, aunque se desconoce la verdadera magnitud de esta pena dentro de sus fronteras, cuya cifra oficial es de 657 ejecuciones. Excluyendo a China, el 86% de las ejecuciones conocidas se produjeron en tan sólo cuatro países: Arabia Saudí, Egipto, Irak e Irán.
La pena de muerte viola el derecho a la vida, proclamado en la Declaración Universal de Derechos Humanos, y es el castigo cruel, inhumano y degradante por excelencia. No existe ni una sola prueba fehaciente de que la pena de muerte sea un factor disuasorio a la hora de cometer un delito. Lo que sí existen son claros ejemplos de que es discriminatoria y a menudo se utiliza de forma desproporcionada contra personas económicamente desfavorecidas, minorías y para acallar a la disidencia política.
Con motivo de la jornada de Ciudades por la Vida, Amnistía Internacional quiere destacar la situación de Yahaya Sharif-Aminu, de 22 años, condenado a muerte en el estado de Kano, en Nigeria, por blasfemia tras componer una canción. Pena que incumple las obligaciones contraídas por Nigeria en virtud del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Amnistía Internacional ha recogido más de 106.000 firmas en contra e insta al Gobernador del estado de Kano, Abdullahi Umar Ganduje, a que se abstenga de firmar cualquier orden judicial de ejecución y que disponga la liberación de inmediato y sin condiciones de Yahaya Sharif-Aminu.