El Banco de Tierras recupera cerca de 400 viñedos en producción
El perfil del propietario es el de una persona de edad avanzada que no puede seguir cuidando sus parcelas o herederos que no pueden atenderlas.
El presidente del Consejo Comarcal, Gerardo Álvarez Courel, y la presidenta del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Bierzo, Misericordia Bello, presentaron este miércoles la nueva campaña impulsada por el Banco de Tierras para recuperar viñedos en producción.
A lo largo de los años, esta iniciativa ha evitado el abandono de 200 hectáreas de viña en la comarca distribuidas en aproximadamente un millar de parcelas, todas ellas adscritas a la Denominación de Origen. El presidente comarcal aseguró que los resultados “nos animan a continuar trabajando en la misma línea, generando un mayor impulso al sector vitícola”. Según Álvarez Courel, solo durante la campaña anterior se consiguieron recuperar casi 400 viñedos en producción, siendo la mejor cifra anual hasta la fecha.
La campaña seguirá contando con la implicación de la Junta de Castilla y León para la actualización del Registro Vitícola de El Bierzo. La sección agraria comarcal remite al Banco de Tierras a los particulares que deban acceder a dicho registro a través de la formalización de contratos de arrendamiento, aparcería o cualquier forma jurídica valida en derecho siempre que este liquidada de impuestos como exige la legislación vigente estatal y autonómica que regula el potencial de producción vitícola.
“Esta colaboración – explicó el presidente comarcal – permite una actualización progresiva de dicho Registro imprescindible para conocer la realidad de viñedo en la comarca corrigiendo errores en las variedades, viñas productivas, titularidades, etc., imprecisiones que dificultan no solo nuestro trabajo sino el de nuestros viticultores“.
La campaña de viñedo finalizará en marzo de 2021. Para entonces, todas las viñas deben estar adjudicadas para que puedan ser podadas dentro del período agrícola preceptivo. El perfil del propietario de viñedo es el de una persona de edad avanzada que no puede seguir cuidando sus parcelas o herederos que no pueden atender esos bienes por motivos de trabajo o por residir fuera de la comarca. “Ambos perfiles tienen en común un apego a esas viñas por haber pertenecido a la familia durante generaciones y no quieren verlas morir“, dijo el presidente del Consejo.