Un campamento de San Ignacio rechaza a un niño por padecer una alergia alimentaria
Una familia de Ponferrada ha denunciado públicamente la no admisión de su hijo de 4 años en un campamento de verano organizado por el colegio San Ignacio, por padecer una alergia alimentaria.
Los padres del pequeño, Laura Blanco y David Matías, consideran «injusta y discriminatoria» la decisión del centro en el que habían inscrito a su hijo para asistir a un campamento de verano previo abono de la correspondiente tasa. «Nuestra sorpresa fue que,una vez ya hechos estos trámites, al cabo de unos días nos llaman de la organización del campamento para informarnos de que nuestro hijo no podrá participar por ser alérgico a algunos alimentos, huevo y frutos secos, tal y como indicamos en los datos de salud de la ficha de inscripción. No aceptan a niños alérgicos, ya que no se hacen responsables de lo que pueda ocurrirles en caso de algún incidente vinculado a su alergia», explican.
Para los padres, lo más curioso del caso es que el niño iba asistir en horario de 10 a 14 horas, por lo que recibiría una pieza de fruta a media mañana, y tenía previsto ir a comer a su casa. Por tanto, consideran que no podía existir ninguna incompatibilidad que supusiera un problema entre la actividad del campamento y su alergia. «No obstante, él lleva siempre su medicación para cualquier emergencia y como es algo con lo que ha nacido, sabe lo que puede o no comer y si tiene dudas, pregunta», tal y como lo ha ido haciendo siempre en el colegio al que va habitualmente, donde además ha usado el comedor y nunca ha tenido un problema», agregan.
Al ir a recoger la devolución del dinero de la inscripción, la familia mostró su disconformidad al entender que se trataba de una discriminación. Pero desde la organización del campamento les informan, según indican en su escrito «que está prohibido el uso de jeringuillas en el centro, y por tanto no podría llevar esa medicación de emergencia, por lo que insisten, no lo aceptarán en el campamento».
Los padres del pequeño se preguntan «a qué norma o ley pueden acogerse para rechazar al niño en el campamento, pero en cualquier caso, nos parece una decisión injusta, discriminatoria, sectaria e irresponsable por parte de la organización del campamento, muy lejos de los valores de inclusión, integración e igualdad. Y más viniendo de una institución del ámbito religioso y educativo respetable como teníamos conceptuado al Colegio Diocesano San Ignacio de Ponferrada».
San Ignacio alega que no fue admitido por no ser alumno del centro
De hecho se preguntan qué harán, pues, en el colegio «con los alumnos del centro de la enseñanza reglada, que puedan padecer alergias, intolerancias alimentarias o diabetes, por ejemplo, en las que los niños a veces necesitan inyectarse su medicación, solos o con ayuda de sus responsables. ¿No los aceptan? ¿Los expulsan si les diagnostican una alergia o una diabetes? Conviene recordar que el colegio San Ignacio es un centro concertado y por tanto sostenido con fondos públicos, con lo que nos cuesta entender que apliquen esta norma discriminatoria», dicen.
Los afectados creen «que ningún niño debe ser rechazado en una actividad de este tipo por convivir con una patología o algún otro handicap de este tipo», sino que este tipo de actividades deberían estar adaptadas a situaciones tan comunes como puede ser una alergia en un niño, como lo están otras.
Tras ser rechazado en este campamento decidieron inscribirlo en el otro, el campus deportivo que organiza la SD Ponferradina, a los que avisaron de la circunstancia de la alergia del pequeño, y no les pusieron ningún problema. De hecho, en la actividad ya cuentan con otros niños con alergias o diabetes y los monitores conocen la situación y están pendientes de ella.
El colegio San Ignacio ha replicado que el niño no fue admitido por no ser alumno del centro, explicación que todavía ha indignado más a la madre. «En las bases del campamento no se indica que no puedan asistir niños de otros centro, es más, ese mismo día se apuntaron junto con mi hijo, su prima de 11 años y una amiga, las dos de otro centro y con ellas no ha habido ningún problema», señala Laura Blanco, que se pregunta «de ser rechazado por no ser alumno del centro, ¿por qué motivo se nos dejó presentar la inscripción, asistir a la reunión el pasado jueves y pagar los 140€ que se pagaron por asistir al campamento la primera y segunda semana de julio a tres niños que no pertenecían al cetro?».