Una nave futurista para concienciar a los escolares sobre los retos ambientales
El Energy Challenge invita a reflexionar sobre el consumo de energía, la calidad del aire y la economía circular, en un viaje espacial interactivo a bordo de un vehículo eficiente guiado por un robot de última generación.
La iniciativa divulgativa Energy Challenge, una experiencia itinerante e innovadora para acercar a los más jóvenes conocimientos actualizados sobre la transición energética, la economía circular, la calidad del aire y las nuevas tecnologías energéticas, se ha instalado en el CEIP San Antonio, donde estará hasta mañana para recibir visitas de sus alumnos.
El Energy Challenge invita a reflexionar sobre el consumo de energía, la calidad del aire y la economía circular, en un viaje espacial interactivo a bordo de un vehículo eficiente guiado por el robot de última generación Energy 360. A través de la proyección 360º de un centenar de vídeos y un sistema de asientos giratorios, los visitantes pasan a formar parte de una misión espacial para resolver el reto de la energía (en inglés, energy challenge), en un momento de transición hacia la descarbonización como el actual.
En su viaje, de 20 minutos de duración, los tripulantes observan la Tierra y el Cosmos para reflexionar y tomar conciencia de la situación de emergencia climática del planeta y de la necesidad de contribuir a asuntos de capital importancia como la economía circular, la calidad del aire, y las nuevas tecnologías y vectores energéticos, como los gases renovables.
La iniciativa muestra el papel clave de la innovación y los hábitos de consumo responsable para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas en materia de energía.
Además, la Fundación Naturgy ha configurado esta experiencia en un vehículo de 70 m2 respetuoso con el medio ambiente, que cuenta con un motor dual de gas natural. En su rodaje, genera entre un 15% y un 20% menos emisiones de CO2 respecto a los motores convencionales de gasoil. Asimismo, contribuye a la mejora de la calidad del aire, al reducir un 39% las emisiones de partículas y un 30% las emisiones de NOx respecto a un vehículo que funciona sólo con combustible diésel.