[TRIBUNA] Cómo se cocina una estadística
CGT EDUCACIÓN PONFERRADA | Los próximos 9 y 10 de mayo se celebrarán los exámenes final de etapa de 4º de la ESO en algunos centros educativos, pruebas que perdieron su validez académica, gracias en parte a las movilizaciones de la comunidad educativa, pero que solo con su presencia nos recuerdan la naturaleza dañina y absurda de la Lomce.
La insistencia de la administración en aplicar unas reválidas sin efectos académicos nos podrían plantear de nuevo alguna duda sobre su utilidad, si no fuera porque los propios criterios de selección de alumnos a los que se aplica nos revele su verdadera naturaleza: sirven para que la administración “cocine” SUS estadísticas.
Es decir, la casi paralización de la actividad escolar de los centros que conlleva su aplicación durante dos mañanas consecutivas, no tiene otro propósito que el publicar en unos meses ciertos porcentajes de éxito que demuestren que las políticas educativas son las correctas. ¿Y esto como se consigue? Pues de una manera muy burda: se seleccionan los alumnos descartando aquellos que pueden desbaratar el objetivo previsto: ¿Por qué si no se ha descartado en el IES Juan del Enzina uno de los tres grupos de 4º de la ESO en los que se aplicará?
Ante un modelo educativo confesional, como es este modelo, podríamos apelar, para entender el entuerto, si aún no se ha intuido, a aquella cita bíblica que viene a decir “Mucho son los llamados pero pocos los elegidos”. Pero tampoco nos vale, ya que la población elegida para el experimento es muy reducida, tanto que resulte muy difícil que los resultados del examen propongan algún dato enojoso, inoportuno o molesto. Es decir, como el diagnóstico depende de la muestra, la muestra no puede contradecir el diagnóstico. Sobre todo si se ha elegido cuál debe ser este.
No es extraño que los alumnos se nieguen a formar parte del guiso al que sirven de condimento, ni que los profesores se tapen la nariz, qué decir de los inspectores.
Pedimos, no. Exigimos, eso sí, que se publiquen SUS resultados, y damos por bueno el guiso sin guisarlo.
NO A LAS REVÁLIDAS, NO A LA LOMCE