[TRIBUNA] La sanidad de Castilla y León tiende al bloqueo, con o sin Covid-19
JUAN CARLOS GUTIÉRREZ-RODILLA | La sanidad tiende al bloqueo, con o sin Covid-19. La Junta debe reaccionar. Urge la recuperación de las plazas perdidas, así como la creación de nuevas para dotar al servicio público de salud de Castilla y León del personal sanitario necesario”. Así de contundente se muestra CSIF, que insiste en la necesidad de un incremento de plantillas, “y no solo por la gravísima pandemia que sufrimos en este momento, que -por supuesto- está haciendo más necesario e imprescindible que nunca contar con más sanitarios. La solución no es el ‘decretazo’, contra el que hemos presentado una demanda ante el Tribunal Supremo.
La situación de crisis sanitaria que vivimos ha visualizando alarmantemente la carencia de personal sanitario, al igual que también está siendo evidente el caos cuando la Consejería de Sanidad pretende abordar la campaña de vacunación con carencias de personal, y mediante la creación de una supuesta bolsa sin unas bases de funcionamiento, pidiendo la voluntariedad de trabajo al personal, pero sin dar a conocer a los posibles voluntarios dónde está el límite entre la voluntariedad y la obligación. Quizás, si los distintos equipos de gobierno de la Junta de Castilla y León hubieran creado empleo en Sacyl, en vez de destruirlo, la crisis sanitaria hubiera podido ser mejor abordada, y el bloqueo sanitario hubiera sido menor.
Lamentablemente, en tres años, según los últimos datos oficiales que se pueden ver en el Portal de Transparencia de la Junta, los efectivos sanitarios de la Comunidad han disminuido en un 3,6%, concretamente del mes de diciembre de 2017 al de 2019.¿Reducción a la que hay que sumar más pérdida de sanitarios a lo largo de 2020, todavía por conocer oficialmente?.
Cuando se conozcan los datos a 31 de diciembre de 2020 no van a ser reales, matiza, no obstante, puesto que las plantillas están sobredimensionadas coyunturalmente con respecto a las plantillas reales, por la contrataciones puntuales y ocasionales que se están realizando por la pandemia. Habría que conocer los datos de contrataciones cuando pase la pandemia y se comience a despedir al personal, algo que ya ocurrió en esta Comunidad después de la primera ola.
En 2017, los efectivos sanitarios de Atención Primaria en la Comunidad descendieron un 0,2% respecto al año anterior, en 2018 la reducción fue del 2,3% y en 2019 (últimos datos del Portal de Transparencia) del 1,1%. “Progresivamente, están debilitando gravemente la Atención Primaria, y sin este primer eslabón, cuyo trabajo resulta imprescindible, no podrá funcionar nuestro sistema sanitario.
Estamos hablando de los profesionales del primer nivel de prestación sanitaria, de quienes tienen un contacto más directo y cercano con los pacientes y sus familias. Aquellos que tienen sobre los hombros la importantísima labor de contener los contagios de coronavirus, detectar positivos, registrar cada paso y cada caso, identificar contactos, realizar PCRs, test serológicos, rastrear, educar a contagiados y a sus contactos, controlar la evolución de los contagiados, valorar y derivar a la atención especializada si es necesario, visitar a domicilio si fuera preciso…
Además, siguen atendiendo a pacientes no Covid telefónicamente, presencialmente o en domicilio, continúan con el seguimiento de crónicos, la aplicación de tratamientos, las curas, las extracciones sanguíneas…; a lo que hay que añadir la vacunación de la gripe estacional, que este año ha sido masiva, y la vacuna de la Covid, que poco a poco irá administrándose a más grupos de población. Y todo esto lo realiza un grupo multidisciplinar de trabajadores de Sacyl cuyas plantillas están formadas por 500 trabajadores menos que hace cinco años.
Los datos de la propia Junta de Castilla y León apuntan a una preocupante disminución de efectivos que afecta fundamentalmente a los servicios de Atención Primaria. Un total de 8.462 empleados trabajaban en la Atención Primaria de Sacyl en 2012, pero en diciembre de 2019 no llegaban a 8.000 (7.996 empleados), es decir, 461 trabajadores menos. De estos, 257 corresponden a puestos de trabajo perdidos en los últimos 3 años, entre 2017 y 2019.
Alrededor del 80% del personal de Atención Primaria es sanitario. Si se toma como referencia las mismas fechas y el personal sanitario de los centros de salud de la Comunidad, Sacyl contaba en 2012 con 6.785 sanitarios, frente a los 6.421 con los que comenzó el 2020 (230 son puestos sanitarios perdidos entre diciembre de 2017 y diciembre de 2019).
Centrando más todavía los datos en dos profesiones sanitarias de Atención Primaria, y tomando como referencia diciembre de 2017 y diciembre de 2019, hay que resaltar la reducción en 178 del número de médicos de familia (de 2.900 a 2.722) y en 48 el número de enfermeras (de 2.623 a 2.575). Tomando datos de 2012, los datos son más escalofriantes. En ese momento, trabajaban en Atención Primaria de la Comunidad 3.453 médicos y 2.952 enfermeras.
Tampoco se puede tener la esperanza de que los médicos y enfermeras residentes puedan cubrir las necesidades de profesionales en la Atención Primaria de Sacyl. A pesar de aumentar el número de médicos internos residentes (MIR) en medicina familiar y comunitaria de Castilla y León, las cifras son totalmente insuficientes: entre 2017 y 2019 sólo han aumentado en 86 (pasando de 339 a 425) el número de Médicos Internos Residentes (MIR). Peor pinta tiene la situación en el caso de las Enfermeras Internas Residentes (EIR) de enfermería familiar y comunitaria: en 2017 eran 73 y en 2019 sumaban 72.
Este año, 90 MIR y 37 EIR finalizarán la especialidad de medicina y enfermería familiar y comunitaria, respectivamente. No sólo no se cubren las necesidades con estos nuevos especialistas, sino que además es muy escasa la proporción de ellos que se quedan en Castilla y León, lamenta CSIF. En el curso 2019/2020 sólo el 40% de esos recién formados especialistas en medicina familiar y comunitaria se quedaron trabajando en Sacyl. Conclusión, seguimos sin aprender, y sin que los responsables políticos de la Sanidad se tomen en serio la urgencia de ampliar plantillas, y de estimular a los nuevos profesionales sanitarios, para que se queden a trabajar en Castilla y León. La Junta debe reaccionar y terminar con la inasumible precariedad laboral y las peores condiciones que se ofrece a los profesionales sanitarios en nuestra Comunidad.
- Juan Carlos Gutiérrez-Rodilla es presidente del sector autonómico de Sanidad de CSIF Castilla y León.