De la Fuente tensa la cuerda acusando al alcalde de «manipular la verdad»
El concejal socialista que votó en contra de prorrogar la cesión del Toralín a la Ponferradina explica que lo hizo «para no conculcar la ley».
«Cuando se manipula la verdad esta se convierte en mentira», asegura Manuel de la Fuente Castro, que acusa a su compañera de partido Carmen Doel, concejala de Infraestructuras, y al alcalde de Ponferrada, Olegario Ramón, de no ajustarse en sus declaraciones a lo ocurrido en la comisión informativa del pasado lunes, en la que rompió la disciplina de grupo al votar en contra de prorrogar la cesión del estadio del Toralín a la Ponferradina.
«Que nadie busque motivos personales ni ataques a la Ponferradina porque no los hay. La gente del fútbol y del deporte en general, sobre todo del deporte de base, ese gran abandonado y olvidado me conoce muy bién. Soy socio de la Deportiva, lo mismo que uno de mis hijos y dos nietos a los que también hice socios. Por ello, quiero dejar muy claro que yo no soy contrario a cederle el Estadio del Toralín a la Deportiva y mucho menos dejarla en la calle como ha insinuado el alcalde», puntualiza Manuel de la Fuente.
«La realidad de lo ocurrido y no otra está en el informe que yo leí en la comisión para que fuera transcrito en el acta. No se puede tergiversar la verdad con manifestaciones sobre mi persona con el único fin de buscar un chivo expiatorio que tape las meteduras de pata», aclara también el edil de Mantenimiento.
En ese informe, De la Fuente recuerda que la Ponferradina está inscrita desde 2008 como sociedad anónima deportiva (SAD) en el Registro Mercantil, y señala que desde esa fecha «el acuerdo de cesión del Estadio Municipal del Toralín firmado con el Ayuntamiento de Ponferrada debió ser modificado o en su caso anulado, dado que al constituirse en S. A. con ánímo de lucro de carácter privado ya no es de uso público, incumpliendo con ello la Ley Reguladora de Bases de Régimen Local en sus artículos 79 y 26».
Seguir como hasta ahora supondría «conculcar la ley»
De la Fuente reprocha que «tanto la Ponferradina, que ya conocía su nueva situación, como los Gobiernos Municipales habidos a partir del año 2008, igualmente los grupos políticos de la oposición a los sucesivos gobiernos habidos hasta la fecha, miraron para otro lado o no quisieron enterarse de que la SAD Ponferradina ya no era un club sin ánímo de lucro sino todo lo contrario, una sociedad mercantil registrada como tal y con ánímo de lucro, con un fin muy determinado como es el uso privado del Estadio del Toralín».
«A la vista de las consideraciones formuladas por la secretaria en su punto 3 en referencia a una nueva prórroga del convenio para la cesión del Estadio del Toralín con carácter privado por razones de interés público, aduciendo publicidad en nombre de la ciudad y por ser equipo de ligas profesionales, lo que podría justificar el otorgamiento de una prórroga, como concejal de este Ayuntamiento no lo puedo aceptar porque sería seguir como estos años anteriores, es decir, conculcando la Ley», explica Manuel de la Fuente.
El concejal sostiene que desde octubre de 2020, fecha en la que finalizó el acuerdo anterior con la Ponferradina, «hubo tiempo suficiente para elaborar un nuevo acuerdo amparado en la normativa vigente, por lo que no entiendo ahora esta prisa». Por ello, sugirió que la propuesta quedase sobre la mesa «y trabajar con la máxima urgencia en la elaboración de un nuevo acuerdo que contemple todo lo que establece la legislación actual», pero su solicitud no fue aceptada y terminó votando en contra del dictamen.
Esa decisión ha venido a agravar las desavenencias que ya se habían puesto de manifiesto anteriormente respecto a otros asuntos de la gestión municipal, desde los pactos con Podemos y Coalición por El Bierzo hasta los presupuestos de este año, pasando por la política de personal o determinadas contrataciones. Las declaraciones formuladas este miércoles por el alcalde, atribuyendo las discrepancias a «obsesiones personales» del concejal y la rápida réplica de este no hacen sino tensar más la cuerda de una relación ya de por sí difícil desde el mismo día de las elecciones.