[ZASCAS] El alcalde que apagaba el fuego con gasolina
Olegario Ramón destituye al concejal díscolo horas antes de declarar su intención de «reconducir la situación».
La crisis abierta en el grupo socialista por el voto en contra de Manuel de la Fuente a la prórroga de la cesión del Toralín a la Ponferradina, que se podía haber quedado en una tormenta en un vaso de agua, ha ido creciendo con el paso de las horas alimentada por la confesada tozudez del concejal díscolo y la escasa pericia de Olegario Ramón a la hora de zanjarla. Igual es que no tenía el unto a mano para engrasar a su equipo.
Puesto en la tesitura de tener al todavía responsable de Mantenimiento dentro de la tienda meando hacia afuera o fuera de la tienda meando hacia dentro, el alcalde y secretario general de la agrupación socialista de Ponferrada ha optado por una vía intermedia que no está en los clásicos de la política y que el asesor menos avezado le hubiera desaconsejado. Y lo hizo, curiosamente, antes de salir a la palestra con una aparente llamada a la calma y a «reconducir la situación».
Con esta medida, Ramón reconoce paladinamente que las discrepancias vienen de lejos y no se limitan al anecdótico asunto de la Ponferradina. Algo que solo él se empeñaba en obviar. Pero, ¿por qué no ha destituido también a su empecinado critico como delegado de Mantenimiento? Muy sencillo: esa decisión tendría que pasar por el pleno. Y para eso necesita más tiempo, acaso el necesario para convencer a Tarsicio Carballo de que sería un buen concejal de baches, aceras, bombillas y desperfectos varios. Lo que lleva demostrando 40 años pero desde la oposición.
Una crisis interna, de proporciones evidentemente menores, pero que le puede conducir a la pérdida de la mayoría absoluta debería haber sido tratada con un poco más de esmero por alguien que aspira a hacer carrera en la política. Echar gasolina al fuego y amenazar con los estatutos en lugar de apostar por el diálogo no parece precisamente la mejor receta. Nada que no hayamos visto demasiadas veces, por otra parte. Y muy en boga en estos tiempos en los que la pedagogía y persuasión se han visto reemplazadas por las restricciones, las coacciones y las multas.