[REVISTA] La pinza de Girona multa a los alcaldes obsesivos
En los tiempos de La pinza que nunca existió un periodista regaló pinzas de la ropa por Navidad a los portavoces de los grupos de la oposición a Celso López Gavela.
Una coña marinera como otra cualquiera que se nos ha venido a la memoria con ocasión del desenlace del caso de Manuel de la Fuente, ese concejal al que algunos llaman «libertario» con evidente falta de cultura política. No hubo pinza entonces en el Ayuntamiento de Ponferrada ni la habrá ahora. Es evidente que El PP no se plantea una moción de censura en Ponferrada aunque Olegario Ramón tiene escasas opciones de sumar mayorías tras la ‘espantada’ de De la Fuente. Las alternativas parecen ir por otro lado. ¿Se prepara una especie de Gobierno Frankenstein con CB y PRB? ¿Se reunificarán los hermanos separados?
Peor que un crimen, la moción de censura (ojo, teóricamente posible a la luz de la Legitimación de los concejales no adscritos para firmar una moción de censura) sería un monumental error político. Hablemos pues de otra pinza, la que parece que se le está yendo a alguno de los protagonistas de la historia con sus delirios, insultos y descalificaciones. El episodio de El concejal díscolo y la Ponferradina parece haber agudizado las obsesiones personales del alcalde, que ya se está pareciendo demasiado a alguno de sus antecesores y no precisamente al que quisiera. No tenemos tanto poder como nos atribuye. Es más: no tenemos ninguno. Tampoco lo pretendemos, estamos muy cómodos en el papel de outsider.
El alcalde empieza a parecerse a alguno de sus antecesores
Conviene saber Quiénes son los verdaderos negacionistas de la covid, los que quieren llevarnos hacia un mundo con menguante democracia, decreciente autonomía y recorte de la libertad individual. Luego la supuesta izquierda se rasgará las vestiduras porque Ayuso sigue subiendo en las encuestas de las elecciones en Madrid: rozaría la mayoría absoluta. Y sin necesidad de Hacerse de VOX. Pero nada, sigan con las restricciones, los toques de queda y las Mascarillas, el absurdo más flagrante. Recibirán la cosecha que merecen.
La cosecha de la Deportiva tampoco fue buena este fin de semana. Ya saben: Girona 3 – Ponferradina 1: ‘Faltó puntería, sobraron concesiones’. Según Bolo: «Estuvimos muy bien hasta el minuto 46». Claro que con eso no es suficiente. Mejor le fue a la Real Sociedad, que se llevó a sus vitrinas Una Copa del Rey sin pitada para una ‘final republicana. Y sin público en las gradas, claro. Mientras, se puede asistir a otro tipo de espectáculos deportivos o culturales, e incluso el alcalde puede presumir de las largas colas para acceder al Castillo.
Antes, los balances a la vuelta de Semana Santa eran de visitantes a la ciudad y sus monumentos. Ahora son de las multas que propuso la Policía Municipal.