[UNA HABITACIÓN AJENA] Expropiaciones, apropiaciones y lindes
NELLY BOXALL | ¡¡Madre mía cómo está El Bierzo estos días!! Aquí lo mismo nunca pasa nada como un día te levantas y tienes a media comarca patas arriba porque nos han plantado un aerogenerador en la azotea de La Rosaleda. Al menos tendrá un macetero de diseño. Es lo que tienen los sitios pequeños e idílicos ¡Ven al paraíso berciano! Tenemos uno de los pueblos más bonitos de España, tierra de poetas y literatos, la castaña y el botillo, no te vayas sin probar el botillo, bien regado de un buen… ¡bastaaaaa! Pues resulta que El Bierzo está en guerra contra los molinos, tan monos ellos, con sus aspas y todo. Yo misma, de paso que iba a por unas patatas, firmé el otro día en una de las mesas que han puesto en el mercado para que no se apropien de nuestros pueblos y montañas ¿Se apropien? ¿Quiénes? Pues los de siempre prima, las multinacionales, las que mandan, vía expropiación naturalmente, con la ley y la pasta en la mano. Habrá quienes consigan precio de amigo eh. Y promesas, muuuchas promesas. Que si el empleo verde, que muy verde no debe ser cuando deja el monte hecho polvo a su paso, y los puestos de trabajo que salgan no veo yo que vayan a ser para las mujeres. De eso nadie está hablando, ni del modo de vida de muchas mujeres ganaderas, agricultoras, apicultoras, viticultoras, restauradoras, artesanas, gerentes de turismo rural, ecoturismo, castañicultoras… cuyo sustento y modo de vida se vería gravemente afectado de llevarse a cabo el expolio energético proyectado. Aún no hemos rozado siguiera la titularidad compartida de las explotaciones agrarias y ganaderas, después de estar currando como desgraciadas las tierras durante años y que nada estuviera a nuestro nombre, cuando ya tenemos que hacer las maletas o depender de un hombre para vivir. Las de la agenda, dejad ya a Nevenka tranquila, que o nos pasamos o no llegamos, no vayamos a ser como el tonto y la linde, que la linde se acaba y el tonto sigue. También hablan de la reactivación, que debe ser una cosa así como el oxígeno activo de la lavadora, lo echas en la cubeta y tachán, te queda una comarca niquelada. Que no falte tampoco el tan trajinado nuevo nicho de empleo, fijaros que dice “nicho”… Todo pamplinas, lo que tenemos que conocer en realidad es que nos ha tocao la china otra vez, donde antes fueron las minas y la térmica, ahora los molinos y los huertos solares, pero sin trabajo para toda la vida, ni para tan siquiera un par de años. Luego a ver qué recoges del “huerto” cuando vengan mal dadas, que vendrán. ¡Que nos quieren colonizar otra vez! ¡Tú te crees!
COLONIZAR
verbo transitivo
- Establecerse [un conjunto de personas] en un territorio alejado de su pueblo, país o región de origen con la intención de poblarlo y explotar sus riquezas.
- Ocupar [un estado extranjero] un territorio alejado de sus fronteras para explotarlo y dominarlo administrativa, militar y económicamente.
El territorio es como el cuerpo de las mujeres, como diría la otra, es apropiable, expropiable y expoliable. Me ex-plico. Tendemos a ejercer dominio e infravalorar lo que percibimos como inferior, subalterno, disponible para uso y disfrute, a nuestra total y completa disposición. Nuestros cuerpos, los de las mujeres, siempre han sido cuerpos de segunda, cuerpos para que otros extraigan algo de ellos, tanto en forma de ama de casa-esposa como de sirvienta, niñera o cuidadora precarizada. También a través de la maternidad forzada, el abuso sexual, la violación, la prostitución, los vientres de alquiler… el caso es que mires por donde mires, hay expolio, bien sea con la apropiación a través del matrimonio y de gratis, bien sea mediante la expropiación que suponen los trabajos de mierda que nos tocan o como carne para la pornografía y la prostitución, previo pago. De las mujeres, como del cerdo, se aprovecha todo. Todo lo que venimos haciendo históricamente, aunque necesario e imprescindible para la supervivencia y para disfrutar de una cierta calidad de vida, vale menos, ni lo apreciamos ni lo valoramos ni lo monetizamos. Hasta nosotras mismas caemos en la trampa “deja, ya lo hago yo, que no me cuesta nada” y, para colmo de males, lo invisibilizamos ¿Cuántas veces no habremos dado un paso atrás para encumbrar a nuestro macho alfa, versión floppy-disck o 3.0, porque no vaya a ser que se sienta “incómodo” si sacamos un poco la patita…? O salir raudas a su rescate y enconada defensa porque la ha liado parda por enésima vez, evitando que Edipo se vista ya de pantalón largo y se haga cargo de sus cagadas de una puta vez. Es que él es así. Sé fuerte. Aguanta. Cuida. Materna y alterna y subalterna.
Y es, precisamente, esta visión tan androcéntrica y patriarcal de la vida y de lo que nos rodea, lo que provoca que no seamos conscientes del respeto que debemos guardar hacia “el otro”, por su propia existencia y la riqueza que, por sí mismo, representa. Deberíamos pararnos y pensar que con nuestro patrimonio natural y el entorno rural nos estamos comportando exactamente igual que machirulos egocéntricos y caprichosos, pues ante la sola idea siquiera de alterar de manera irreversible una de las pocas cosas genuinas y valiosas que nos quedan, deberíamos… qué sé yo, invadir Polonia. Por eso me ha alegrado tanto ver cómo daba un paso al frente esa plataforma de gente joven, muchas mujeres, poniendo el cuerpo por sus pueblos, por sus formas de vida, por otra forma de entender el presente y el futuro. De pasado ya hemos tenido bastante en una tierra en la que, históricamente, los colectivos han estado copados por ellos, esos compañeros que podían asistir a las reuniones, eventos y todas las juergas que el activismo conlleva, gracias a que siempre estaba el cuerpo de una mujer (o varias) sosteniendo los de ellos para que brillaran o se matasen unos a otros. Así nos ha ido. Y, aunque esta es una condición necesaria para revertir la desigualdad en los movimientos sociales y en la vida, no es suficiente. La forma de ejercer el liderazgo y el poder, sin arrancarle la piel patriarcal a tiras, nos da resultados como esas señoras de capital sin aerogeneradores, pero con unas luces de navidad tipo Pekín, cual abejas reina ufanas y empoderadísimas (bendita tú eres entre todas las mujeres) que no dejan de imitar grotesca e histriónicamente los tics de los que, por mera estrategia de supervivencia, se van desprendiendo los machos en deconstrucción. Suerte chicas, lo mismo a toro pasao escriba el relato de vuestras gestas y valentía algún escribidor extractivista de los infinitos de la Comarca. Por el momento, se conoce que deben estar todos fuera y sin conexión, por eso no se habrán enterado que el idílico Bierzo de sus textos está a punto de desaparecer. Cuánta melancolía y tinta a derramar…