[PÍLDORAS de VERANO] Adictos al trabajo sin coñas marineras
Hoy celebramos el día de las coñas marineras (¿o era el de las procesiones?) y de coña marinera empieza a ser lo de la investidura. Sánchez da por rotas las negociaciones con Iglesias por la consulta de Unidas Podemos y son las derechas las que reclaman con urgencia un Gobierno de izquierdas: Cs conmina a Sánchez a dejarse de «personalismos» y de «peleas por las sillas» y a pactar con Unidas Podemos. ¿Es o no es de coña marinera?
Y lo peor es que al parecer ya empieza a producirse una especie de efecto contagio. Por ejemplo, La disciplina de voto y una petición de auditoría traban la llegada de Podemos-Equo al Gobierno municipal socialista de León. En la Junta, Mañueco e Igea retrasan el nuevo gobierno por escollos en competencias y nombres de consejeros. Uno de esos escollos se llama Juan Carlos Suárez-Quiñones, irónicamente propuesto por Tudanca para consejero de Regeneración. Les recomendamos la lectura del hilo abierto por el abogado Miguel Ángel Llamas «para contar la escandalosa trama de corrupción de la televisión autonómica de Castilla y León».
Las derechas son más de poner el grito en el cielo por letras de canciones, actuaciones de los cómicos y cosas así
Claro que las derechas no se escandalizan por esas minucias de la corrupción, ellas son más de poner el grito en el cielo por letras de canciones, actuaciones de los cómicos y cosas así. Luego tienen que venir los de provincias a poner las cosas en su sitio: Def Con Dos actuará en Lugo, tras la anulación en Madrid, por «la libertad de expresión». Y mientras unos preparan sus vacaciones, otros se reincorporan al trabajo como Olegario Ramón (hoy no, mañana) o se preparan para un nuevo destino como Fernando de la Torre. También La Ponferradina vuelve al trabajo con el reto de mantenerse en Segunda.
Para adicto al trabajo Manolo Vázquez, la imparable factoría. «Fue el escritor más rápido del mundo, autor prolífico de poemas e historias, columnista que solo falló porque lo mandó la muerte. Su obra sigue sigue por las librerías, corriendo», le recuerda Juan Cruz. Durante su visita al Bierzo, después de una copiosa comida se encerró con una máquina de escribir en un despacho del Ayuntamiento de Igüeña para escribir su colaboración semanal de la última página de El País. Nunca paraba y nunca fallaba.