[TRIBUNA] Sobre el cuaderno azul
OLEGARIO RAMÓN | No le vaticinaba mayor recorrido judicial al ‘cuaderno azul’ que el que finalmente ha tenido e, incluso, comparto que no se agoten grandes recursos en investigar hechos que, de ser delictivos, estarían prescritos. Pacíficamente acepto la resolución de la Fiscalía de Área. Tampoco pretendía generar mayor revuelo que el que pueda causar el hecho de que la ciudadanía conociera que eran ciertos los hechos de los que siempre se ha venido hablando en esta ciudad respecto a la manera de actuar en nuestro Ayuntamiento. Entendía que debía ponerlo en conocimiento de la Fiscalía y, tras el decreto de archivo, no tenía voluntad alguna de seguir hablando sobre este tema. Pero las palabras del señor Morala invitándome a pedir perdón a mí y no a la persona que haya hecho las anotaciones, no al partido que haya generado esa manera de gobernar, caciquil y clientelista, me obliga a salir al paso.
En las investigaciones llevadas a cabo por la Fiscalía se ha preguntado al Ayuntamiento de Ponferrada sobre catorce personas, las únicas que constan con el nombre y los dos apellidos. De estas catorce personas cuatro sí trabajaron en el Ayuntamiento. En cualquier caso, en el ‘cuaderno azul’ figuran más de sesenta personas, algunas referenciadas únicamente por el nombre, otras por el nombre y primer apellido, otras con algún tipo de apodo y otras con referencias como “hijo de…”, “yerno de…”, hermana de…”, “esposo de…” , “esposa de…”, “conocido de…”, “mi prima” , “El recomendado del Pres. de la Diputación Provincial”, “de parte de mamá”, “señora de… (mamá)…”, etc.
Se afirma en la resolución que no consta quién es el autor de esas anotaciones. Entiendo justificado que no se realice prueba al respecto, pues los hechos están claramente prescritos. Al mismo tiempo he de decir que la letra que consta en el cuaderno tiene rasgos característicos que facilitarían la identificación del autor mediante una pericial caligráfica. Es tan reconocible que incluso creo que yo mismo la identificaría si la viera en una serie televisiva.
Se afirma también en el decreto de archivo que tampoco consta en el cuaderno que se hayan llevado a cabo actuaciones para dar empleo a esas personas de manera irregular. Entiendo que la imprudencia o la creencia de que se podía hacer cualquier cosa sin consecuencia alguna le llevara al autor a escribir en un cuaderno las recomendaciones que le llegaban, pero de ahí a recoger igualmente en ese cuaderno las hipotéticas gestiones/instrucciones/órdenes llevadas a cabo para otorgarles un empleo media un abismo. Una cosa es ser un poco imprudente o confiado y otra es describir con detalle las fechorías, si es que las hubo.
Es tan escatológico e indigno que me molesta especialmente que el señor Morala salga a la palestra y me exija que pida perdón. ¿Cuál va a ser el siguiente paso del señor Morala: solicitar que pidan perdón los jueces y la policía por haber intervenido teléfonos en la Operación Enredadera y demostrar con ello que el concejal del PP Ricardo Miranda consultaba el pliego del contrato de transporte público con el mismo empresario que lo gestionaba alegalmente desde 2012 para que se le volviera a adjudicar; o que la alcaldesa se reunía con ese empresario en lugares donde no los veía nadie; o que ese mismo empresario y un diputado berciano del PP (cual dúo Pimpinela, desconozco si Escarlata) manejaban o decían manejar a su antojo el PP ponferradino, y ofrecían un futuro esplendoroso a la alcaldesa si abandonaba la Alcaldía sin hacer ruido; o volver para su casa sin nada al concejal que sólo hacía (o no, según Pimpinela) lo que le pedía Eduardo; o que el concejal Miranda se reunió con ese empresario para tranquilizarle, diciéndole que no estaba haciendo gestiones a favor de Riesco y que eso quedaría claro cuando se adjudicara el contrato?
¡Que ya está bien, por favor. Y para colmo de desfachatez somos nosotros los que hemos de pedir perdón!
Tengo el convencimiento de que si el señor Morala gobernara sería más de lo mismo, ya que solicitándome que pida perdón lo que hace es amparar esas prácticas deleznables. ¡Una gigantesca decepción!
- Olegario Ramón Fernández es alcalde de Ponferrada.