[TRIBUNA] Una tarea de largo recorrido
EDUARDO MORÁN | Autoridades, trabajadores, leoneses, leonesas buenos días: Muchas gracias por recibirme en la casa principal de la provincia. Realmente, es un gran honor representar a los Ayuntamientos que congregan a más de la mitad de la población leonesa. Un gran honor y, a la vez, una responsabilidad extraordinaria.
Quiero agradecer también a mi partido, el Partido Socialista, que haya depositado en mí la confianza de afrontar el reto de presidir esta Diputación, un reto que, al margen de lo personal, es, ante todo, un proyecto colectivo en un momento clave para el futuro de la provincia de León.
Asimismo, quiero resaltar el hecho de que el paso siguiente al dictamen de los leoneses en las urnas haya sido el acuerdo, en este caso con la Unión del Pueblo Leonés, a la que agradezco su compromiso con la estabilidad de esta institución. Un paso decisivo que marcará todo el mandato y que debe orientarnos para que la búsqueda permanente del consenso entre todos los grupos aquí representados sea el camino a seguir para servir con eficacia y dignidad a quienes nos han encomendado esta noble labor de gestionar lo público.
A quienes están aquí no tengo que explicarles qué es la Diputación, pero, como alcalde de un municipio pequeño, sí quiero resaltar la importancia capital de esta institución para la vida en nuestros más de 1.200 pueblos. La razón de ser de esta administración no es otra que mejorar las condiciones de quienes, por suerte para todos, siguen, seguimos decididos a mantener activo el medio rural. Un medio rural que en la provincia de León se encuentra sometido, desde hace ya demasiados años, a un proceso de pérdida de población cuya reversión es la principal tarea a la que debemos dedicar nuestros esfuerzos.
Es este un empeño en el que estoy seguro de que lograremos el primer consenso porque creo no equivocarme si afirmo que todos los leoneses sin excepción deseamos una provincia dinámica, inclusiva, inteligente, culta, moderna, avanzada, igualitaria, puntera… una provincia, en definitiva, tan atractiva que nadie quiera dejar y a la que muchos quieran venir. Estoy convencido de que, aun siendo una tarea difícil, es posible.
El conocimiento es una de las claves para lograr estos objetivos. Ninguna sociedad avanza sin educación. Sobre la base de una enseñanza cualitativa se asienta el eslabón máximo del conocimiento: la Universidad. La materia prima de la provincia de León, es decir, su flora, su fauna, su agricultura, su ganadería o su historia es ya objeto de atención e investigación y, desde cualquier ámbito, tanto público como privado, tenemos que ayudar a mantenerla e incrementarla para lograr la excelencia.
La investigación y la innovación ha de ser un referente incuestionable para León, no sólo para acrecentar el prestigio que ya atesora en ciertas materias como la biotecnología o la ciberseguridad, sino también porque conducirá a la explotación racional y sostenible de nuestros recursos y porque elevará la cualificación profesional y cultural de los leoneses.
Pero, además, León ya ha sido objeto de reconocimiento por parte de organismos internacionales y del máximo prestigio como la UNESCO: el Camino de Santiago, Las Médulas, las siete Reservas de la Biosfera y León, cuna del parlamentarismo, son referentes de valor mundial que, inexcusablemente debemos aprovechar con una visión amplia, en contenidos y en tiempos. Y hay que añadir muchas más riquezas en el medio ambiente, en la agroalimentación o en el turismo….
En esta línea de alcanzar la máxima calidad, hago desde hoy mismo un llamamiento a la colaboración de todos los leoneses nacidos en esta tierra que han podido desarrollar su talento de modo sobresaliente en el campo de la empresa, la cultura, la política, la docencia, para que se unan al nuevo proyecto de la Diputación de León y sus aportaciones alienten el auge de esta tierra.
Ya hemos empezado a trabajar en las acciones que puedan llevar a la provincia a ocupar el lugar que se merece en la comunidad y en el país. Las comunicaciones y la industria están, sin duda, en el centro del crecimiento económico y por ello, nuestra mirada más global se ha iniciado en las áreas logísticas de Torneros o Villadangos; en el Corredor Atlántico, en el que la provincia de León está llamada a ocupar una posición estratégica.
A este respecto, quiero destacar el proyecto para la adecuación integral de la línea férrea entre León, Astorga, Ponferrada y su conexión con Galicia a través del Bierzo para mejorar la fiabilidad y competitividad de la misma.
También está ya en la agenda la culminación de las infraestructuras pendientes, algunas tan importantes como la línea de FEVE, vital para vertebrar una parte troncal de la provincia como es la Montaña Leonesa, o la conclusión de las autovías a Valladolid y Orense, por citar sólo algunos ejemplos.
Todo ello orientado a hacer de la provincia de León el nudo fundamental del noroeste español, que siempre le ha correspondido en lo geográfico, pero que no siempre le ha acompañado en lo político. Hagamos entre todos coincidir ambos aspectos por el bien de nuestro querido León.
Al desarrollo de nuestras posibilidades también nos tienen que ayudar las nuevas tecnologías. Los avances se imponen y no podemos perder el tren, pero tampoco podemos dejar en el andén a quienes no tienen la oportunidad de utilizar estas herramientas. El acceso de toda la población leonesa a internet, viva donde viva, es una cuestión prioritaria e irrenunciable.
En este sentido, existe ya un compromiso para impulsar la completa conectividad del medio rural, en particular de las zonas más remotas y de montaña, con el objetivo de garantizar el acceso a internet de los ciudadanos y ciudadanas de municipios de menos de 5.000 habitantes y a la banda ancha de calidad.
No puedo olvidarme hoy aquí de nuestras juntas vecinales, una de nuestras señas de identidad más características como leoneses. No en vano, esta provincial concentra un tercio de las 3.000 existentes en toda España. Una peculiaridad tan centrada en este territorio que ha dado lugar a no pocas decisiones administrativas que no han tratado a esta figura con la atención que merece. Es necesario seguir profundizando para dotar a las entidades locales menores de un marco normativo estable y definitivo que garantice su necesaria continuidad y las adapte a los nuevos tiempos.
En cada iniciativa que se adopte considero obligatorio aplicar criterios de sostenibilidad, porque trabajamos para nosotros, pero también para las siguientes generaciones. Cada acción provincial tendrá también en cuenta la realidad del cambio climático, ajustando las intervenciones a los criterios que determinen el menor impacto posible.
Igualdad será otra de las nociones que formará parte de todas las actuaciones, porque la mujer es parte determinante en la sociedad y aún no lo hemos reconocido en la dimensión que corresponde. Agradezco profundamente el compromiso de las diputadas para formar parte de esta corporación, lo que nos enseña el camino hacia una participación política que tiene que ser creciente.
Sé que la gestión administrativa es compleja. No renunciamos, de ningún modo, a mantener los niveles óptimos de fiscalización y control de los fondos públicos, pero ha de ser compatible con la ejecución de la inversión necesaria porque la provincia lo reclama con urgencia. No es posible realizar tareas sin control, pero tampoco podemos permitir que la burocracia impida la ejecución de los planes que se acuerden.
No partimos de cero, hay mucho y muy positivo ya realizado, se han empleado muchos recursos y esfuerzos. Pero también hay que analizar los resultados obtenidos y, con las conclusiones comprobadas, plantear el mantenimiento o los cambios más adecuados.
Los proyectos de esta Institución en el presente mandato deberán contar con la implicación de todos los Servicios de la Diputación. Fomento, Servicios Sociales, Desarrollo Rural, Turismo, Deportes… todos al unísono, no son compartimentos estancos, son los integrantes de una única institución. A todos nos une un propósito común y, por tanto, debemos caminar en la misma dirección.
Es evidente que no podremos hacerlo todo, nuestras competencias son limitadas. Pero allá donde no llegue la incumbencia de la Diputación de León, podremos alzar la voz y demandar la colaboración a las administraciones competentes y también a las empresas, colectivo esencial en el progreso económico y social.
Quiero decirles que puede ser comprensible que los políticos designados para un período de cuatro años nos empeñemos en proyectar acciones de rápidos resultados. Sin embargo, debemos intentar frenar esa inmediatez porque las actuaciones que realmente necesita esta tierra, seguramente, no serán visibles en el corto plazo. Recuperar la vida, la producción, los servicios de nuestros pueblos es una tarea de largo recorrido.
A esta tarea, a la política, me dedicaré en los próximos cuatro años y os pido a todos, personal y políticos, que formemos un equipo sólido. Al grupo de gobierno le invito al empleo de todo el esfuerzo, trabajo y dedicación que sean necesarios para revertir, hasta el último límite de lo posible, esta deriva de despoblación y envejecimiento que nos afecta.
A la oposición le reclamo el ejercicio firme de su colaboración, de su aportación en las perspectivas diferentes, y de la denuncia de cuantos errores podamos cometer. Con ese grado de contundencia le pido que sea leal, recta, noble y honesta.
A los representantes de los ciudadanos nos corresponde recuperar el concepto primigenio de la política, el más noble, que no es otro que la dedicación en beneficio de la mejora de las condiciones de vida de la comunidad. Es preciso dignificar la política. Admitiendo la imperfección de la condición humana, aspiramos a la máxima ejemplaridad en las conductas y cometidos de los miembros de este equipo de gobierno.
Nada de lo comentado será posible sin vuestro concurso, el de los trabajadores. Sé de vuestra formación, profesionalidad y también amor por la provincia. Son los ingredientes esenciales para que la Diputación pueda ayudar, decididamente, al avance de sus pueblos, llenos de riqueza y de posibilidades de futuro. Si todos colaboramos proponiendo, corrigiendo, opinando seguro que la provincia de León notará los resultados.
Quiero significar que soy un trabajador más de esta casa, el que asume toda la responsabilidad y, por tanto, mi dedicación será la máxima para que el balance final sea positivo. Estaré o intentaré estar para todo lo que consideréis.
No quiero que estas palabras sean solo un discurso más. Mi relación con la política, con el servicio público, me lleva a reflexionar con frecuencia sobre las inmensas posibilidades de la administración para mejorar la vida de los ciudadanos. Tengo una voluntad firme y estoy decidido a intentar revitalizar la provincia de León.
Si me permiten, para terminar, quiero agradecer a mi familia, a mis amigos y a cuantos me han ayudado a seguir defendiendo el servicio público, su apoyo constante e incondicional. Y también pedirles disculpas por todos los momentos personales que no hemos podido ni podremos compartir. Estoy convencido de que esta dedicación, el mayor honor, siempre merece la pena.
Nos espera un trabajo apasionante, que tengamos suerte en beneficio de nuestra tierra. Muchas gracias.
- Discurso de toma de posesión de Eduardo Morán como presidente de la Diputación Provincial de León.