[LA PIMPINELA ESCARLATA] Qué cansino es todo con la calorina que nos cae
EDUARDO FERNÁNDEZ | Cuando intuyo que mi mujer me va a reñir por comer donuts a destiempo, improviso una maniobra de distracción al estilo de: “qué vergüenza que el gobierno no prohíba las grasas monoinsaturadas”, socializando el problema de que vaya camino de talla zepelín, que ya no es descontrol mío, sino desbarajuste de los poderes públicos con la dieta del español medio, cada vez más panzón. Yo creía que había depurado la técnica para este escaqueo notablemente, pero he visto que soy un aprendiz. Vienen los de Podemos a LM a que otros aguanten el palo de la mediación con la empresa para evitar los despidos y me doy cuenta de que lo suyo es nivel pro y lo mío de aficionado de tercera. Por un momento fugaz pensé que le habían quitado a Podemos el Ministerio de Trabajo, pero no. Tengo que llamar a estos tíos la próxima vez que me trinque mi mujer mordiendo una pantera rosa y me sacan del apuro: que empiece una mediación personal de Mañueco y Bimbo para que yo no tenga que dar explicaciones en casa. Que digo yo que, si en las Comunidades Autónomas se puede hacer todo, igual sobran los ministerios, incluidos los del control del heteropatriarcado. No me parece que a LM le impresione la presión de una comunidad, que igual en la sede central les explican de qué va la cosa de las regiones y nacionalidades españolas, un quiero y no puedo federal, y se parten de risa. Como no saque la artillería el gobierno, ese que quería desmontar el ministerio de Defensa, y hasta hoy, el bloqueo de los trabajadores va a tenerse que hacer permanente. Y no se puede aflojar, porque LM es un síntoma: el de la puntilla a la actividad económica, mientras el ayuntamiento de Ponferrada inventa plan sobre plan, estratégicos, esdrújulos, inclusivos y casi siempre de aficionados. No basta que se junten Gobierno y Junta, que está bien que no hagan la guerra por separado en tan espinoso asunto, pero a quien tienen que meter en vereda no se lo pondrá fácil, de modo que sobra lo de ponerse la venda por la previsible herida como han hecho los de Podemos que no recordaban de quién son las competencias en materia de trabajo.
Siguiendo con los fantasmas cíclicos que salen en El Bierzo, dice el siempre admirable Luis Cerezales que lo del Ponfeblino es de bla bla bla. Si los santos tuviesen siempre razón, él tendría más que un santo. Dos asuntos me han podido siempre, enquistados en los medios de comunicación que nos cuentan las cosas como si fuesen grandes novedades de hoy, cuando son la filfa acostumbrada de lustros. Si lo sabré yo, que una vez creí que podríamos hacer algo con ellos y han pasado décadas en las que, para no desmerecer al tango de Gardel, veinte años han sido nada en realizaciones. Y la mirada sigue igual de febril. Así que hay que volver y revolver, las dos cosas a un tiempo. Los dos asuntos de marras son el Ponfeblino y la gestión conjunta de las Médulas. No me digan que no les da una pereza horrible todo, como ponerse a barrer el patio en la solana de las cuatro de la tarde de estos días. Cuando fui concejal de Turismo nos llegamos a Aranjuez a copiar lo del tren de la fresa, Jesús Courel dijo “había que hacer algo” y los de Fomento de la Junta, donde luego caí como delegado en expiación de mis muchos y mortales pecados, alegaron que no era apto por cuestiones de integridad de la vía para el transporte de humanos, supuesto que los viajeros lo fueran, y punto. Punto que llega a la actualidad. Lo primero que quiero saber es si en estos años ha mejorado el trazado y la seguridad por arte de ensalmo y ya pueden desplazarse viajeros, o cuánto costaría adecuarlo, en su defecto. También cuánto sería el déficit de explotación y quién se haría cargo de él, que los trenes turísticos palman de continuo y eso se paga con numerario circulante, como el material rodante que se estará pudriendo.
De lo de la gestión única en las Médulas, ya si eso, hablamos otro año. Yo les soy muy de “agua que no has de beber, déjala correr”, que viene a ser el resumen de lo de la captación de Valdecañada. Sólo les falta que el acuífero termine dando arsénico con el estiaje y ya nos da para unas bromas sobre a quién aplicarle en la casa municipal un arsénico por compasión a lo Frank Capra. Decía Cervantes en Los trabajos de Persiles y Sigismunda que no hay camino que no se acabe si no se le opone la pereza. Si llega a conocer el ayuntamiento de nuestra ciudad sabría que casi ningún camino emprenden aquí sin esa pereza que les impide hasta pedir ayuda a los suyos; no me extraña que les de hastío, porque la respuesta es fustigante siempre. Aquí son más del dramaturgo irlandés Samuel Beckett -será porque estos también están esperando a Godot- que de Cervantes y hacen honor a su frase “no existe pasión más poderosa que la pasión de la pereza”, y es que el alcalde es muy apasionado. Pero la verdad es que lo de buscar a quien echarle el muerto en vez de afrontar de cara lo de LM, lo del Ponfeblino y lo de las Médulas es de un cansino horrible con la calorina que nos cae.