[PÍLDORAS de VERANO] Siempre nos quedará París, Suecia o Burbia
En Tokio se habla gallego, pero Los problemas físicos alejan a Lydia Valentín de su cuarta medalla en los Juegos. Así que Adiós a Tokio, pero habrá revancha en París 2024: «Queda Lydia Valentín para rato». Efectivamente, lo ha confirmado la propia Lydia Valentín, rotunda: «No me voy a ir así. Seguiré hasta París’24». O sea, que siempre nos quedará París. Pero antes de esa cita, Lydia Valentín critica a la organización: «La Federación Internacional hace lo que le da la gana».
En cambio el que parece que se retira por extraño que les parezca es el eterno Raúl Valcarce. Si finalmente no concurre a la reelección como presidente comarcal del PP sería la noticia política de un verano escaso de ellas. La llegada de los veraneantes, eso sí, provoca que se activen reivindicaciones como las de Burbia. Por lo demás, según el Electopanel, la vida sigue casi igual en Ponferrada, con el PSOE un punto por encima del PP y Vox dos arriba de Unidas Podemos (que ya veremos si en 2023 son capaces de ir juntos), mientras Ciudadanos se acercaría al 5%.
La retirada de Raúl Valcarce sería la noticia política del verano
Mientras las restricciones, prohibiciones absurdas y recortes de derechos y libertades fundamentales se extienden por medio mundo, que vuelve a bloquearse y a enmascararse culpando a la variante Delta, ahí sigue SUECIA, EL PAÍS QUE IRRITA AL ‘MAINSTREAM MEDIA’ POR SU LIBERTAD ANTE LA COVID. Como afirma el escritor chileno Axel Kaiser: “Dejarán una profunda marca los tiempos en que, por una ilusión de seguridad, las masas exigieron la represión de sus libertades a elites gustosas de complacerlas”.
Llegados a este punto, conviene recordar la advertencia de Benjamin Franklin: “Aquellos que renunciarían a una libertad esencial, para conseguir un poco de seguridad momentánea, no merecen ni libertad ni seguridad”. Máxime cuando se avecina una nueva amenaza en forma de Pase sanitario, una barbarie inaceptable. A ver si va a resultar que La inmunidad de rebaño iba de evitar que nos contagiemos del virus de la libertad. Seremos minoría, sí, pero muchos estamos ya hasta los cojones de tanto perdonavidas con cargo público.