[REFLEXIONES DE UN OUTSIDER] La coherencia de Igea
LUIS CEREZALES | Francisco Igea con abuelo médico, padre médico e hijos médicos, según cuenta él mismo, es también por supuesto médico y además coherente. Esto último se le supone a quien como él se dedica a repartir certificados de incoherencia, el último de incoherencia eólica.
Todo esto viene a cuento por el viaje que le metió a Coalición por el Bierzo a cuenta de que reclamen la permanencia de LM Wind Power en sus instalaciones de Ponferrada, mientras se oponen a la instalación de los macroparques eólicos en el territorio berciano donde, según él y valga el pareado, la coherencia brilla por su ausencia.
Y claro como D. Francisco cultiva y juega ese papel de enfant terrible de la política mesetaria parece que hay que tragar y consentirle todo; pero no esto no es así, la coherencia para esgrimirla contra los demás tiene que comenzar por uno mismo y esta es una virtud de difícil compatibilidad con la arbitrariedad y la soberbia.
Si Don Francisco ejerciera su satrapía adosada de Ciudadanos al Gobierno Regional con un mínimo de conocimiento del territorio podría hablar con mayor acierto. Una pena que el referente público de una saga de médicos no sepa distinguir entre lo crítico de unas zonas y otras, lo que indica que siendo músculos los dos a él tanto le dan los glúteos como el corazón.
Con todo, personajes así son los fabricantes de una desafección acelerada hacia una Comunidad Autónoma que sigue empeñada en que todas sus sacrosantas obsesiones centralistas viertan al Duero. Y ahí topan con algo inevitable que es la geografía que no van a poder alterar con el Bocyl ni con los desprecios prepotentes.
Hablando de coherencia. D. Francisco se ha jactado con legítima satisfacción de no haber estado en la lista de compra de Ulibarri e invita a leer un artículo suyo, Un Silencio Espeso. Hasta ahí nada que objetar, lo inquietante es cuando sobre las posibles exigencias de reparación por los fondos públicos obtenidos por el confeso dice textualmente: “No podremos exigir el cumplimiento de algo a alguien que no está condenado”.
Se refiere a que, para él, en ese caso concreto es el Registro Mercantil el que impide la actuación ética y necesaria del Gobierno regional e institucionaliza la corrupción sobrevenida. Ustedes como gobierno no son registradores ni picapleitos oportunistas en tapar golfadas, son servidores públicos que se deben a los ciudadanos y están obligados a actuar hasta donde lo jueces lo permitan. En ese empeño se distingue la coherencia de la complacencia.
No quiero terminar sin una invitación personal señor Igea, un tipo honesto siempre es un buen compañero de caminata. Cálcese cualquier día de estos las botas de persona sin responsabilidades políticas, y acompáñeme a visitar los lugares donde se va a perpetrar el tiro de gracia a una tierra que solo encuentra en su naturaleza espléndida el clavo donde asirse ante las desventuras y la incompetencia. Seguro que lo verá con otros ojos.