[LA PIMPINELA ESCARLATA] Déjà vu
EDUARDO FERNÁNDEZ | En algún momento de nuestra vida hemos tenido un déjà vu. Esa sensación de esto lo he vivido ya o lo he sufrido ya o me ha incordiado ya. Escribió en 1850 Charles Dickens en su novela David Copperfield “todos hemos experimentado alguna vez esa sensación que nos viene ocasionalmente de que lo que estamos diciendo o haciendo ya lo hemos dicho o hecho antes… y sabemos perfectamente lo que se va a decir a continuación”. Pues oigan, rueda de prensa del equipo de gobierno de Ponferrada y tal cual. Ya se sabe lo que van a decir a continuación. Que no hay imaginación ni para el insulto. Eso ya es vaguería suma. Morala llamó hace año y medio al alcalde el Grinch por fastidiar las Navidades de 2020 y ahora un concejal ni muy ingenioso para pergeñar afrenta más original ni tan trabajador como para haber plagiado algo que no hubiese sido dicho ya antes por la oposición, va y nos epata con una frase épica: que Morala es el Grinch que ha chafado las fiestas de la Encina. No me digan que no es el colmo de la apatía que sean perezosos hasta para recriminar a quienes les llaman indolentes. Lo que le dedican a Folgueral ya no es un déjà vu, es un bucle. Cansino, por cierto, y muy, pero que muy falto de imaginación. Ya no se curra ni para molestar y así, claro, la política local languidece y aburre.
Y se repite como los saltos de funambulista bercianista, de esos que dicen que otros grupos le copian las propuestas para bajar los tributos, pero que no las votará ni aunque sean suyas. Que se debate lo que yo llevo diciendo meses, pero que ahora no me da la real gana de votar a favor de mis propias reclamaciones si es que las piden otros. Que las piden porque el susodicho no las pediría hoy ni a tiros. Luego al personal le sacan cantares, que si tienes un ego desmedido, que si do ut des, que si la familia es lo primero en el ayuntamiento, que si no voy por no molestar en el pleno. Cosas pasan muchas, pero lo que se repite como el dichoso déjà vu es que siempre pagan los mismos y también el sacacuartos es el mismo.
En lo del déjà vu no pienso específicamente en cuando llega el recibo del tasazo de la basura o cuando miro las descoloridas señales turísticas de Ponferrada, esas que siempre están en un plan para renovarse y que no terminan de cambiarse de verdad. Porque para que un plan salga adelante debería contar con el inestimable impulso del mayor especialista europeo en planes estratégicos, que ahora sabemos que está en la alcaldía ponferradina y no nos explicamos como no le llaman del BCE para salvar al euro. Ni siquiera pienso en la cantinela de que todo lo malo que pasa hoy en la ciudad es herencia del pasado, culpa de Amenofis IV o por abducción de extraterrestre. Pero no me nieguen que esto es cansino cuando empieza un nuevo curso político. Parecen seguir todos a la novelista Gertrude Stein cuando decía que la lección que la historia enseña es la repetición. No será por no repetir ideas pasadas. Otra vez con lo de la recogida de los excrementos de animales, lid en la que uno se imagina que en la casa consistorial pueden hacerse prácticas hasta convertir en alumnos aventajados a varios concejales de los que mandan. No me digan que no lo ponen fácil. Otra vez que vuelve a pleno Pongesur, como en resurrección bíblica. Y otra vez que pasa sin que nos hayan dicho si hay que pagar un pastón de IVA o ya no. Otra vez que se denuncia por los arquitectos el retraso de las licencias en Ponferrada ad calendas grecas, que es una forma clasicista de decir que hasta que a algunos en la sección técnicas les salga de las gonadillas. Es comprensible, claro, será por el aluvión de solicitudes que hay en esta nueva burbuja inmobiliaria. Otra vez que está ahí, cerquita, casi tangible, a apenas un suspiro, la unificación de la gestión de las Médulas, como hace veinte años y como dentro de otros veinte. O que nos vuelven a subir la luz con los genios que dijeron que en el primer mes de su gobierno quitarían el sistema marginalista; aunque eso sí, ya no hay pobreza energética ni la gente se muere por no poder pagar la luz, cosa que solo pasaba cuando costaba la mitad que ahora.
O que se vuelve a afrontar por la Junta lo de la ordenación del territorio y las especialidades del Bierzo siguen sin resolverse normativamente y que décadas después ni una mancomunidad desaparece. Qué cansino septiembre, con lo raro que está siendo con tanto déjà vu.