[LA OVEJA NEGRA] Pedro Sánchez el vacuo en el Bierzo
GERMÁN VALCÁRCEL | Este domingo, llega a la capital del Bierzo ese vendedor de crecepelo disfrazado de presidente del Gobierno, para goce y regocijo de la sectaria hinchada social-pancista comarcal, y de los cuadros y dirigentes de ese partido que rige nuestras instituciones (el 90% de los bercianos estamos gobernados, municipalmente, por gentes que se cobijan bajo las siglas del PSOE, además de la Diputación provincial y el Consejo Comarcal), dominado política, ética o simplemente influenciado por especialistas en el fulaneo político.
Si hay, en la industria de la representación política, gentes expertas en el navajeo, la manipulación y la felonía esos son los miembros de esa hedionda franquicia política denominada, de forma atinada por los andaluces, la PSOE. Más de cuarenta años llevan engañando, con cuentos y trucos, a los sectores populares de este país, esa pandilla de caraduras, comprados y engordados por el corrupto Régimen del 78. Es lo que tiene haber hecho, y seguir haciendo, un buen trabajo para el IBEX 35.
Dos conocidos “susanistas”, el alcalde ponferradino y el presidente de la Diputación, con el presidente del Consejo Comarcal de paje, harán de “reivindicativos”, pero sensatos, anfitriones, como introducción a la presentación en sociedad de la “moto” que Sánchez nos ha comprado, financiada con fondos Next Generation. Veremos cuantos, y sobre todo qué grupos ecologistas, van a protestar contra el vandalismo de los parques eólicos. Aunque es más “guay” manifestarse en Madrid, y además, en esta ocasión, parece, no hay fotos con el presidente para darse autobombo, ¿o sí?
Por la noche va a ser entretenido y divertido, y seguramente bochornoso, ojear las “afotos” en los medios de comunicación, y selfis, en las redes sociales, que alcaldes, concejales y demás acrítica forofada sociata se harán para que familia, amigos y vecinos tengan constancia de lo importantes que son, de su ascenso, no solo económico sino también social, y de lo cercanos que se encuentran al poder. Espero impaciente el despliegue del alcalde ponferradino, Egolegario Ramón, y de ese pusilánime que preside el Consejo Comarcal. El presidente de la Diputación suele ser menos dado a la ostentación en los medios de comunicación y en las redes sociales, aunque veremos en esta ocasión, tal vez tenga que hacerse perdonar su pasado “susanista”. El señor Morán debe tener el ego menos necesitado de reconocimiento y, debido a ello, nos castiga menos con el autobombo y la autocomplacencia, algo de agradecer. O tal vez es que es menos cínico e hipócrita. Estaremos atentos, puede que en unos meses el vendedor de corbatas se arrepienta de haber estrechado alguna, o algunas manos.
La visita de Sánchez va a ser una ocasión inmejorable para que comprobemos cómo el capitalismo, con la complicidad de esa cochambre ideológica que se autoproclama socialdemócrata, nos subsume en la noche más oscura de la historia, ensalzando sus mitos tristes y produciendo una historiografía complaciente con los dogmas ideológicos neoliberales que es lo único que tienen hoy que ofrecer, en el ocaso de la política y en el triunfo definitivo del Mercado y sus lógicas férreas y totalizantes.
Sánchez y sus sicarios locales nos abrirán algunas posibilidades, sí, pero esas posibilidades irán del asco al espanto
No nos engañemos, si fuéramos capaces de quitar el envoltorio de esta aparente sociedad políticamente abierta y democrática, veríamos que las propuestas que se nos hacen, tanto desde la derecha como desde la izquierda, son una suma de pavorosas pobrezas, no me refiero ya estrictamente a las pobrezas económicas, aunque también, sino a las terribles pobrezas morales e ideológicas que encierran. Y es que las palabras justicia social, progreso y democracia emitidas por los miembros de esta banda están totalmente devaluadas y cada vez que las oigan, háganse un favor, una mano a la cartera y la otra al cerebro, porque la una o el otro peligran.
Sánchez viene a contarnos el mismo insulso discurso de siempre, donde describirá lo evidente e intentará hacernos creer que se van a poder hacer ajustes para mantener el sistema tal cual, cuando en realidad está tocado de muerte. Nada le oirán decir sobre el actual momento histórico que vive la humanidad, ni de la situación tan crítica en la que nos encontramos: cambio climático, fin del crecimiento, escasez de combustibles fósiles accesibles y baratos y, con ello, el fin del capitalismo. No le escucharán decir que la llamada transición ecológica no se hace a base de sol y viento sino de litio, minerales raros, petróleo, gas y carbón. La reapertura de As Pontes es el final de la escapada. Tampoco le oirán ni una sola medida concreta de redistribución económica que nos saque de la impotencia. Impotencia que expresarán, si no los apalean o multan, en los alrededores del evento las víctimas y excluidos que han ido dejando a lo largo de los años, con sus políticas de connivencia con los neoliberales. Hay que seguir haciendo que la noria gire y gire para que una, cada vez más exigua, parte de la humanidad siga “funcionando”, acumulando.
Una vez más estos trileros convierten la política en un mercado electoral. Sánchez y sus sicarios locales nos abrirán algunas posibilidades, sí, pero esas posibilidades irán del asco al espanto.
Sánchez se ira del Bierzo diciendo lo bonita y placentera que ha sido su visita a esta, todavía, hermosa geografía. Su placentera experiencia puede ser una pesadilla para los que han tomado consciencia de la putrefacción que nos rodea. Sobre todo, si miramos a los especímenes que copan las instituciones.
En días como hoy me viene a la memoria aquella frase del andalucista Blas Infante, hablando de los políticos de su tierra (esa que ha gobernado la PSOE durante casi cuarenta años) y que tan bien describe a los de esta: “He visto entregada esta tierra a aventureros de la política, a advenedizos que hacen de ella asiento de su cretina vanidad y base de su mezquino interés. Los que hacen de la política una profesión exclusiva y excluyente (como una propiedad) suelen hablar de conflictos entre ideas y realidades. La diferencia entre ellos y nosotros es esta: para nosotros, las realidades de un país son los dolores creados por esos intereses”.