[LA PIMPINELA ESCARLATA] Firmes intenciones
EDUARDO FERNÁNDEZ | El Gobierno traslada a los sindicatos la “firme intención” de mantener la planta de LM, lo que estaría muy bien de ser el Gobierno quien decide en solitario y no la empresa que ha demostrado tener el corazón en un molde de fibra; estaría mejor de no haber sido el mismo Gobierno que unos días antes había transmitido por escrito a la oposición parlamentaria que el problema de LM era su situación en el interior y no en el litoral; estaría soberbio de haber obligado a Endesa a hacer verdaderas inversiones después de su artera salida de Compostilla sin permitirle triquiñuelas para derivar a sus propias inversiones dinero que tendría que financiar nuevos proyectos y estaría creíble de no haberse olvidado del Bierzo al hacer los Presupuestos Generales del Estado.
Descanso de mi zozobra al comprobar que los sindicatos aceptan, si no con alborozo, sí con relajación la “firme intención” del Gobierno, por lo que supongo que la próxima vez que se pongan en peligro puestos de trabajo en Ponferrada como consecuencia de las políticas energéticas del Ejecutivo sanchista habremos de recordar su conformismo en momentos como éste. No sé por qué dudo de que arrancarán grandes proyectos de futuro atendiendo a la cantidad de ellos que ya han llegado estos tres años de sanchismo y las subvenciones sin fin con que abruman al alcalde de Ponferrada, que no sabe dónde meter tanta ayuda. Ya se pueden imaginar que uno respira por la herida de tener resonando aún en los tímpanos algunos megáfonos presagiando las muertes que se producirían en Ponferrada por la pobreza energética, como consecuencia de no poder encender la gente la calefacción en el invierno cuando gobernaba el PP. Qué juergas movilizadoras entre enero y de marzo de 2017 cuando la factura media de la luz estaba en 65 € contra la pobreza energética en nuestra ciudad, ¿recuerdan ustedes cuando invocaban nada menos que el artículo 25 de la Declaración Universal de Derechos Humanos a la anterior alcaldesa porque ella tenía la culpa de la pobreza energética por el precio de la luz? Ese riesgo no se corre en este momento, claro, por la extremada bajada de la luz, que están las pobres eléctricas que vamos a tener que hacer colectas para que lleguen a fin de mes. Qué malo es tener memoria, salvo que sea histórica. Cada uno tiene el máximo de memoria para lo que le interesa y el mínimo para lo que no le interesa, se desgañitaba Schopenhauer cuando alguien se había erigido en paladín de una lucha que luego olvidaba solamente por su conveniencia, ¿a quién me recordará cuando la factura media está por encima de 100 € en octubre y cifras históricas de precio?
Como resulta por demás evidente que hay varias varas medir en función de que gobiernen los propios o los de enfrente, voy buscando mi propia vara, perdida la esperanza de encontrar mesura en varas ajenas, dicho sin afán de que quede esto turbio o lascivo. La vara sindical es más larga que la mía, lo que ya intuía yo hace tiempo, porque aquí hay gobernantes que han cerrado las térmicas, se han congratulado de un acuerdo con casi cuatrocientos despidos y ha subido la luz hasta lo insoportable y no se han formado las barricadas de la Comuna parisina. Ya no hay ni protestas rojas ni sonrojo.
Dijo Alonso de Ercilla en el siglo XVI, que siempre por señales o razones se suelen descubrir las intenciones. Y aquí no se ven señales de que cuiden al Bierzo en forma de pasta presupuestaria. Claro que en esto, el más listo era Bismarck, que afirmó que cuando alguien alardea mucho de firmes intenciones para hacer algo, quiere decir que no tiene la menor intención de hacerlo. Peter F. Drucker, quien pasa por ser el mejor filósofo de la Administración –sí, hay especialidades para todo, con lo que yo no descarto ser el mejor filósofo de la hermenéutica del donut– dijo que “los planes son solamente buenas intenciones a menos que degeneren inmediatamente en trabajo duro”. Eso es que no conocía la excelencia nivel pro de los concejales del equipo de gobierno olegariano haciendo planes estratégicos. Aquí se pasa de plan a firme intención con menos esfuerzo que para poner cifras en los presupuestos a sabiendas de que no se van a ejecutar, como ha ocurrido este año. El pasado no se ejecutaron los presupuestos por el covid, este por el post-covid y como no se gasta, ya ni se escriben las cifras en el siguiente presupuesto, y se cierra el círculo. Son unos innovadores a los que no se reconoce suficientemente su disruptiva capacidad de inventiva de la metodología presupuestaria: del presupuesto en base cero al presupuesto que se queda en cero. Y el ensayo piloto, en el Bierzo para el próximo año. Las familias de la posguerra berciana creían que las mejores economistas del mundo eran las que estiraban paupérrimos salarios para que la familia sobreviviese; pero no. Aprendices al lado de la Ministra de Hacienda, que va a hacer la autovía al Barco de Valdeorras con 100.000 €. Y habrá quien le discuta el Nobel de Economía; ingratos que somos en estas tierras. Mientras tanto, no pidan ustedes dineros, pidan firmes intenciones.