[LA PIMPINELA ESCARLATA] Del dicho al hecho
EDUARDO FERNÁNDEZ | Ya saben ustedes que soy más de frase histórica grandilocuente que de refrán. Con latinajo es loqui facile, praestari difficile, pero ya Cervantes lo condensó en la segunda parte del Quijote: “del dicho al hecho, hay gran trecho”. A veces es imperativa la concisión. Con lo visto en las dos últimas semanas en el Ayuntamiento de Ponferrada, toca simplificar. Simplificar es no complicarse la vida dando la opinión propia, sino contrastar lo que decían algunos que iban a hacer si les tocaba gobernar, y lo que nos están endilgando llegado ese malhadado caso. Quién dijo aquella bonita frase del 17 de junio de 2019 de que si no solucionaba las basuras y el TUP su mandato iba a ser un fracaso, recordada en la semana del enredo de la letra en la oferta y la licitación desierta, que igual da que sea basura, que poda, que señal, el caso es no licitar. Ya dijo en el siglo XVI Thomas Fuller que el hombre que mucho promete, mucho olvida.
En torno al 3 de junio de 2019 nos anunciaron el feliz parto de un pacto de Gobierno que se iba a basar en la transparencia y el ahorro en sueldos políticos. Pongan ustedes aquí las dos primeras carcajadas. Que se jubila el concejal de Urbanismo, pero que para qué vamos a cumplir el pacto y ahorrarnos la pasta. Luego claro, viene Morala con un argumento digno de Ayuso y dice que o dedicación de concejal socialista o gasto en los pueblos, para que el avispado ciudadano ponga la elección que más le gusta. No se las ponían así ni a Fernando VII. Olegario no es Churchill, pero tampoco Napoleón, quien repetía que el medio más seguro de mantener la palabra dada es no darla nunca, pero claro, entonces había que ponerse la medallita con lo del ahorro en sueldos de concejales y hoy…
Decía el alcalde cuando estaba en la oposición en 2017 que era imperioso arreglar de inmediato la carretera que iba a Peñalba. Poco menos que los malvados del PP la tenían adrede en condiciones de pista andina y que él promovería soluciones “ambiciosas y profundas”. No hay como ponerte lírico para comértelo. Y llevado de la inicial y juvenil euforia de alcalde recién elegido, el 28 de julio de 2019 anunció contactos con el Ministerio de Fomento para el arreglo definitivo de la carretera. Pongan la tercera carcajada. Como la fuerza de la gravedad y las rocas pesadas tienen más constancia que el alcalde, siguen manteniendo la incordiante manía de ofrecernos el espectáculo de los desprendimientos. Sin que hayamos llegado hasta la fecha a averiguar cuán eficaces frutos ha rendido la gestión esa de hace más de dos años del jovial alcalde, que prefiere anunciar los contactos y no las ayudas para los arreglos. Hay quién de episodios así aprende un poquito de prudencia. Aquí no, por no hacer caso a Rousseau, que advirtió que el político más lento en prometer es siempre el más fiel en cumplir; eran días de oropel al inaugurar la púrpura del poder y se creían que ser alcalde en Ponferrada era que se les pondrían firmes en los ministerios. Pero cómo le iba a arreglar Fomento la carretera, con lo ocupado que estaba Ábalos con estos entretenimientos que tenía. Vaya por delante que hablo de las carreritas aeroportuarias con Delcy y que no me creo que se entretuviera con izas de mal vivir, que bastante tenía ya el pobre con el partido.
Los socialistas olegarianos se cansaron de anunciar que con su gobierno se enlazaría la A6 al Hospital del Bierzo. Pues gobiernan en Madrid y en Ponferrada. Esta cuarta carcajada no la pongan ustedes; ya la puso el Secretario de Infraestructuras del Ministerio cuando el alcalde se lo pidió el 20 de julio pasado.
Y se cansaron de anunciar que habría más trenes a Madrid y tardarían una hora menos. Y de decir que cuando llegara Sánchez abrirían el edificio nuevo de la Ciuden, y van años cerrado estropeándose. Y de vender millonadas de subvenciones por la transición injusta y ahora no les hacen caso los suyos que reparten la tarta. Y de pedir rapidez (el 10 de febrero de 2014 exigían hacerlo en un año) en la autovía a Ourense para ahora consignar la escalofriante cifra de 100.000 € para tardar siglo y medio en hacer hasta el Barco. Y de mil cosas más.
Qué razón tenía Tolstoi cuando decía que todos piensan en cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo. Olegario iba a cambiar Ponferrada y choca con un PSOE que cuando gobierna, no se quiere cambiar a sí mismo y nos endosa unos presupuestos para que no cambie nuestra postración. Y a tragar, que acabo de ver la foto de los 200 militantes que arroparon la candidatura de Susana Díaz contra Sánchez a principios de abril de 2017, como para no hacerse perdonar. Y mira que tenían argumento para hincharlos cuando gobernaban otros. Tanta inventiva para cambiar partidas hacia arriba antes de Sánchez y tanta contumacia para cambiarlas hacia abajo con mi persona. Thoreau escribió que las cosas no cambian, cambiamos nosotros; y Olegario ha cambiado de la oposición a la poltrona y del dicho al hecho. Y que pasen los días, gestionando la inanición. Tanto más dura es la realidad cuanto más se prometió un cambio paradisiaco en Ponferrada cuando no se gobernaba. Ya lo anticipó Popper, que los que nos prometen el paraíso en la tierra nunca traen más que infierno. El que va del dicho al hecho.