[TRIBUNA] 535 aniversario de la otra provincia berciana
JAVIER LAGO MESTRE | Todos sabemos del Bicentenario de la provincia de Villafranca. Ahora bien, conviene recordar que también se celebra el 535 aniversario de la otra provincia de El Bierzo, la llamada del Antiguo régimen. Esta provincia se desarrolló durante la Edad moderna (siglos XVI al XVIII). Su peculiar caracterización institucional merece un mayor conocimiento por el gran público.
A fines del siglo XV el condado de Lemos tuvo un problema sucesorio. Rodrigo, el nieto bastardo, disputó la titularidad del condado con la esposa del viejo conde, María Bazán y su hija Juana Osorio. La Corona intervino en este pleito mediante una sentencia arbitral que dividía el condado en dos partes, los territorios bercianos pasaban para las demandantes y la parte gallega quedaba en manos del conde Rodrigo. Sin embargo, este último no aceptó la partición de su condado y defendió militarmente sus posesiones. Los Reyes Católicos organizaron un ejército contra el rebelde conde, compuesto por fuerzas reales, señoriales y concejiles.
Como era de esperar el conde fue derrotado militarmente. La Corona impuso sus condiciones a los sublevados. Así se determinó la división del condado según lo fijado por la dicha sentencia arbitral. Para ello se creó el marquesado de Villafranca, controlado, primero por los condes de Benavente, y después por los Alba. La Corona también aprovechó la debilidad señorial para comprar la villa de Ponferrada, donde colocaron sus oficiales (corregidor, alcaide del castillo, escribanos, regidores, etc).
La victoria militar de los Reyes Católicos posibilitó la reforma territorial según sus intereses políticos. Crearon la llamada provincia de El Bierzo (octubre de 1486), y colocaron al mando de ella, primero a un alcalde mayor y luego a los corregidores. La intención real era crear una capital realenga en Ponferrada, un nuevo centro urbano (económico, gubernativo, militar…) y establecer en ella su burocracia (oficiales, administración, castellanización, etc) para aplicar mejor sus políticas.
La Corona del Antiguo régimen está muy centralizada por la Corte (Valladolid o Madrid), y su aparato institucional es escaso en los territorios dependientes. En la provincia de El Bierzo se aprovecha el poder de los corregidores reales. Son éstos los encargados de ejecutar las diversas políticas, casos de las fiscales, gubernativas, militares, religiosas, etc. Así pues, la provincia berciana es gobernada por los corregidores, como órganos unipersonales, que precisan de sus competencias o comisiones foráneas (Consejo real, Chancillería, etc). Además, los corregidores compiten con otras instituciones (señoríos, obispados, monasterios, etc), de ahí que hablemos de una provincia fragmentada.
La Corona delimita su territorio según determinan los sucesivos censos fiscales. En la provincia berciana aparecen las comarcas de La Cabrera, alta y baja, La Somoza astorgana (Luyego) y el norte de Valdeorras, incluido en la merindad de Aguiar. Además, se diferencia la región berciana de los territorios vecinos, mediante una denominación especial, la provincia de El Bierzo, frente al reino de León, el obispado de Astorga, el reino de Galicia o el principado de Asturias.
La provincia berciana se refuerza progresivamente mediante los sucesivos procesos de institucionalización, con la ejecución de las diversas políticas reales (fiscales, judiciales, gubernativas, económicas, etc). De ahí que las instituciones foráneas reconozcan la provincia de El Bierzo, casos de la Corona, las Cortes castellanas, el Consejo real, el Adelantamiento de León, la Chancillería de Valladolid, etc. También las instituciones locales, concejos, monasterios… aportan numerosos documentos con referencias a la provincia berciana, claros ejemplos de la existencia de la conciencia provincial, “abadía de san Andrés de Espinarada, provincia del Bierzo” (1751).
La permanencia secular de esta peculiar provincia berciana, desde el año 1486, se prolonga a lo largo de toda la Edad moderna. Incluso en las primeras décadas del siglo XIX numerosos documentos se refieren a la provincia berciana. Así, tras los períodos constitucionalistas (1812 y 1821), el absolutista Fernando VII repone sus antiguas instituciones, corregidor de Ponferrada “de esta Villa de Ponferrada y su Provincia del Vierzo (enero de 1815), posteriormente, “síndico general de la Somoza de San Cosmed, de la provincia del Bierzo, Reino de León” (marzo de 1825).
Por todo lo comentado, esta nueva provincia berciana tiene una caracterización institucional variada. Hemos visto los procesos de diferenciación, denominación y delimitación. El reconocimiento provincial, propio y foráneo, que muestra la documentación indica una nueva concienciación territorial. La permanencia secular de la provincia es clara manifestación de su existencia. Se trata de una institución provincial unipersonal, controlada por los corregidores, diferente a la provincia de Villafranca, con su órgano colegiado, la Diputación berciana.