[TRIBUNA] La hostelería y el pasaporte covid
ASOCIACIÓN DE HOSTELERÍA DEL BIERZO | Lo que no hace nuestro Gobierno en las fronteras, quieren que lo hagamos nosotros en la puerta de los bares.
En este país, donde hemos hecho frente a la peor crisis sanitaria de la democracia primero con un filósofo al frente del Ministerio de Sanidad y ahora con una abogada, se les ha ocurrido ponerse a debatir con las comunidades autónomas, a estas alturas de la película, si han de volver a restringir los aforos y los horarios a la hostelería o si hay que pedir un pasaporte en la puerta de los bares. El mero hecho de proponerlo es despreciable y obsceno para con la hostelería, sabiendo todos lo que sabemos a día de hoy.
No se les ha ocurrido debatir si con el dinero recaudado en impuestos de la luz y de la gasolina más caras de la historia podían haber añadido en estos meses pasados alguna cama UCI más a las existentes para estar preparados para la inminente “sexta ola”, que estamos hartos de oír que venía y que estaba arrasando otros países de Europa.
No, el problema para ellos ahora son los no vacunados (los auténticos presos políticos de estas últimas semanas), que resulta que casualmente están absolutamente amparados por la ley y en todo su derecho de hacer lo que les de la gana. Pero a la señora Darias tampoco se le ha ocurrido vacunar a tiempo a los sanitarios que lo deseen con esa tercera dosis que tanto les exige ella a los demás, y que en su mayoría están trabajando en la actualidad con una protección ínfima ya que sus últimas dosis las recibieron en Enero y Febrero en muchos casos. La cosa es señalar a los malvados negacionistas como los culpables de todo, pero nuestros aeropuertos no han parado de recibir millones de personas todas las semanas sin pedir ni una triste PCR a la llegada. Eso si, a las comunidades autónomas se les ha ocurrido que esto lo podíamos solucionar “pidiendo el pasaporte COVID” en la puerta de los bares, no de los aeropuertos, ni de los eventos multitudinarios, total… ¡Qué más da! Lo que no hace nuestro Gobierno en las fronteras, quieren que lo hagamos nosotros en la puerta de los bares. Y por cierto, ¿al camarero que no esté vacunado se le va a prohibir trabajar? ¿Se quedará sin empleo y sueldo? ¡Venga ya!
Hemos comprobado empíricamente durante este último año y medio que en todas las comunidades de España, el virus a incidido de una forma muy parecida porcentualmente y nadie ha conseguido librarse del virus restringiendo libertades específicamente a la hostelería. Castilla y León por ejemplo, una de las comunidades más restrictivas con la hostelería, tiene un número de fallecidos por cada 100.000 habitantes bastante mayor que el de Madrid. Con lo que la conclusión lógica que ya debería estar más que clara es que el aperturismo es el camino más cabal, tal como nos ha demostrado Madrid, ya que las restricciones no han conseguido parar nada más que la economía en realidad. ¿O es que a alguien se le ha olvidado lo ocurrido las Navidades pasadas con la hostelería prácticamente cerrada (ocio nocturno a cal y canto) y las reuniones de 10 personas permitidas en las casas, y la llegada en Enero de la tercera ola que fue de las más devastadoras que hemos tenido? ¡Trasladar el contacto social de la hostelería a las casas o reuniones privadas ya se ha visto que no sirve para nada! Es más: descontrola las cosas infinitamente más, ya que no se puede vigilar nada de lo que suceda.
Pero en realidad, esto qué más da, si aunque el Ministerio, o en su defecto la Consejería de Sanidad de las comunidades se equivoquen o cometan una ilegalidad, ¡no pasa nada! Nos encerraron en casa a las ocho de la tarde en contra de la ley y nadie ha pagado por ello. Ni una sola dimisión.
¿Es que no va a dimitir ni uno solo de los expertos de los comités que nos aseguraron que cuando consiguiéramos la inmunidad de rebaño todo estaría controlado? Estamos prácticamente al 90% de vacunación y no es suficiente, pero no pasa nada. Equivocarse es totalmente gratuito.
Y por supuesto, todas estas medidas que van a infundir miedo y por si mismas van a asustar a los clientes y nos van a vaciar los negocios estas Navidades, están escrupulosamente pensadas para no tener que indemnizar ni ayudar a los agraviados y no solo eso, sino que también cuentan con que sigamos pagando religiosamente nuestros impuestos a pesar del varapalo. ¡Faltaría más!
Es más, los 11.000 millones de euros que llegaron de Europa para paliar esta situación en las empresas están todavía pendientes de repartir en su mayoría a día de hoy, por culpa de los requisitos imposibles que piden para solicitarlas.
Y con todo y con eso, aún tienen la desfachatez de reunirse para hablar de restricciones a la hostelería… ¡Váyanse a la mierda!