[LA PIMPINELA ESCARLATA] Otra de disoluciones
EDUARDO FERNÁNDEZ | El viernes sorpresivamente, porque esto es algo de lo que no se había oído hablar, se va a disolver Pongesur en el Ayuntamiento de Ponferrada. Eso es porque no han pensado bien dejarlo con alguna triquiñuela, para disolverla tres o cuatro veces más cada vez que no tengan de qué hablar. Ya pensaba Carl Schmitt que allí donde se inicia un proceso de disolución en política terminan llegando los pactos para mitigar esa disolución. A ver si se van a inventar otro momio parecido. Es una prerrogativa del alcalde fijar el orden el día que considere pertinente, aunque con ello crea que puede atacar más a la oposición que servir a la ciudad. Hay gente a la que se le pega ser oposición tanto como el polvo del camino, y por serlo no para hasta ser oposición de la oposición. Pensaba Talleyrand que la oposición es el arte de estar en contra tan hábilmente que, luego, se pueda estar a favor, pero es que los que mandan ahora en Ponferrada están en contra mandando y opositando a un tiempo, que viene a ser como vivir en permanente virtud porque la culpa siempre la tienen los demás. El gobierno más difícil es el de uno mismo, pensaba Séneca, menos en Ponferrada, porque el desgobierno de uno mismo es echarle la culpa siempre a otros.
Como son principalmente gente de poca imaginación y menos inventiva volverán con lo de las sentencias, como si no hubiera una recua de ellas también para el actual equipo de gobierno. De origen medieval castellano es el refrán alcalde tonto, sentencia pronto. Se refería a los alcaldes jueces y no a los ediles, pero a tiempo está de evitarse la comparación. Mucho me temo que no podrán evitar la tentación de la cantinela de las sentencias. Eso sí, las de antes quizás sean de menor enjundia constitucional, y las de ahora, ya puestos a conculcar, hasta el infinito y más allá. Igual hasta se plantea un nuevo ranking de malos alcaldes por confrontar sentencia a sentencia y Olegario se vuelve a autocolocar en él, con medalla de bronce, no vaya a ser que le acusen de ambicioso.
En el ayuntamiento de Ponferrada habrá quien crea que se disuelve muy bien, pero en realidad vuelven los asuntos cual boomerang tantas veces que, en realidad, se disuelve fatal, salvo al pobre Manuel de la Fuente que quisieron diluirlo más que disolverlo. Y si no, acuérdense del IMFE, que como en el tenorio -los muertos que vos matáis gozan de buen salud-, coleó meses entre la vida y la desaparición, en la publicidad y el gasto presupuestario, sin que atinasen a dar una sola explicación plausible. Una sola, porque, claro, entre los anteriores, la pandemia y Bruselas, la de cosas que se explican en Ponferrada cuando lo hacen mal los de ahora. Ya no sé si se disuelve un consorcio, un mundial, un ciclista, todo junto o nada de ello, y mira que los ciudadanos de Ponferrada claman por las calles como alma en pena por eso. Que no quieren trabajo, que no quieren faena, que no quieren salario, que quieren la disolución del consorcio del mundial de ciclismo, qué empeño pudiendo pedir obras y empleo, situada esta petición clamorosa entre las dos primeras necesidades de los ponferradinos según el CIS (la otra es que mi persona -que es la forma cursi con la que Sánchez se identifica a sí mismo- y la persona de Olegario encabecen las encuestas de cariño popular). Cómo no van a triunfar si Pongesur y el consorcio del mundial son las pesadillas que les quitan el sueño a los ponferradinos. Luego ya viene la sexta ola, o lo que sea.
Como se descuiden en alguna asociación de vecinos, los disuelven también, porque el olegarismo es de natural positivo y bonachón y las críticas decoloran la Navidad, que va a tener tantas luces como las de Vigo en año bisiesto y como quejas provoca el tasazo de regalo de fin de año. Ya se sabe, la derechona siempre contra el pago de impuestos y el gasto público, con lo bien que ha quedado el banco frente al castillo y lo contento que está el concejal con dedicación recién estrenada. Pero no hay riesgo de vuelta atrás en la disolución, porque está bien armada, y lo que está bien armado, como las subvenciones Next Generation, llegan a raudales al ayuntamiento de Ponferrada. Precisamente llegaron el día que sacaron a los pedáneos contra la oposición, no porque existan baches, zarzas y desaliño, sino por mostrarlo, que vaya día para haberse estado callados. Vivo con la respiración contenida pensando cuándo llegará el momento en que disuelvan la Pimpinela. Ellos también.