[LA PIMPINELA ESCARLATA] Fucking Next Generation
EDUARDO FERNÁNDEZ | Cada vez que oigo a genios políticos locales que son incapaces de articular una frase correcta en castellano lanzar anglicismos, más con acento de Faro que de Yorkshire, me entran ganas de dedicarles una pimpinela en inglés. La famosísima The Scarlet Pimpernel. Seguirían sin enterarse de nada, como en español, pero al menos tendrían alguna excusa. Esa magnífica educación que nos provee la comunidad autónoma y hace las delicias del informe Pisa ha conseguido que todos los niños bercianos sean al menos trilingües y que algunos de sus padres, en particular aquellos que tiene la fortuna personal y el infortunio colectivo de dedicarse a la política, están aprendiendo inglés para estar a la altura de las exigencias lingüísticas de la prole gracias a las vacuas promesas de ayudas del gobierno sanchista.
Que fuéramos a tener ayudas Próxima Generación se prestaría a las habituales coñas bercianas de que ni en la próxima generación veremos aparecer el dinero del gobierno socialista, así que mejor en inglés. Pues nada, Next Generation a tutiplén para empresas y ayuntamientos, que estamos al desbarate. Será la proximidad de las fechas navideñas, que para una enternecida vicepresidente Díaz en su visita al Vaticano y para mí son las del nacimiento de Cristo y para algunos cursis son las del solsticio de invierno, pero, que sí, que me lo creo, que va a llegar pasta en cantidades tan industriales que les va a sobrar tanto en el Ayuntamiento que terminarán por devolvernos el dinero del tasazo de la basura.
Albricias, ya es oficial la bajado de los impuestos municipales del olegarismo y han respondido alborozadas las bolsas de medio mundo con grandes repuntes de beneficios y las empresas ponferradinas se han animado a contratar miles de personas gracias a la disponibilidad del dinero que antes tenían que dedicar a los tributos municipales. Y la oposición echándole la culpa del descenso del número de habitantes, cuando resulta que está a punto de revertir y crecer el padrón hasta pasar los 70.000 habitantes -almas vayan ustedes a saber cuántas- gracias al impulso de esta bajada de impuestos tan publicitada por algunos medios afines como si de verdad lo notasen los ponferradinos en sus bolsillos.
Tantos Next Generation van a llegar, que están discurriendo cómo meter una orgía de proyectos en los presupuestos del año próximo. Cada vez que le han pedido algo al Gobierno socialista de Sánchez se han encontrado sobrepasados por el alud de millones de euros que ha llegado, de lo que cabe inferir que las peticiones de Next Generation den hasta para aeropuerto internacional. No me cabe duda de que en el plan estratégico planteado por los brillantes estrategas de la alcaldía tendrán hasta nombre para este aeropuerto, una cosa entre Virrey de la Tebaida y General Vives’ Boss, por hacerlo más cosmopolita; y le pondrán un banco con estaribel de madera para ver despegar los aviones frente al castillo.
Con aeropuerto, quién necesita que nos devuelvan los trenes que nos quitaron con la excusa de la pandemia, casi que después de ir por hojaldres a Astorga que no vaya a Madrid por trenes.
Para el día 17 de diciembre estaba previsto el pleno que aprobase el proyecto de presupuestos municipales. Iba a ser el primero verdaderamente consensuado con la oposición, a la que desde hace meses se mantiene informada del contenido de los proyectos, además de recogerse la totalidad de sus propuestas de gasto. Habrán pensado, como Napoleón que “nunca interrumpas a un enemigo que está cometiendo un error”. Bueno no con toda la oposición, solamente con USE, Ciudadanos y PP, porque ya saben ustedes que Tarsicio se mantiene irreductible sin pasarles una y darle su voto favorable bajo ninguna circunstancia. El caso es que estaba el mejunje presupuestario previsto para salir al menos con 23 votos a favor y resulta que han tenido que pararlo todo para meter a calzador los Next Generation. El estupor, la sorpresa y la improvisación han tenido que manejarse a partes iguales. Se ha escuchado un grito aterrador en la planta noble de la casa consistorial: “fucking Next Generation”, ahora tenemos que parar el pleno y vete a saber si nos lo van a votar a favor. Un susurro tranquilizador les ha recordado que tienen un plan estratégico del mejor estratega, en la línea histórica Alejandro Magno-Julio César-Carlomagno-don Juan de Austria-Eisenhower-Olegario, y que tienen todos los proyectos del mundo, y lo que es más, toda la cofinanciación prevista, de modo que no hay que quitar dinero de ningún otro proyecto para meterlo en los Next Generation. ¿Y si luego no nos los dan, qué hacemos con estas partidas, o nos dan menos de lo previsto, como cofinanciamos el resto? Nimiedades. Nos va a caer tal porrón de millones encima, que no vamos a saber ni dónde invertirlos. Y eso sí que es otro problema gordo, qué hacer con la pasta que sobra. No me extraña, fucking Next Generation. Casi renunciamos ya y que paguen los de aquí, como siempre.